Nov 28, 2014 | 2014, Numero 12 + 1, Todos Los Números
Y no es solo este artículo que nos habla de la baja remuneración de los depósitos, sino este otro que nos habla de un banco Alemán que ha comenzado a cobrar por los depósitos a un día de más de 500.000 €.
Y este segundo es casi más preocupante por lo que puede suponer de tendencia.
De todas formas, parece que cuando hablamos de tipos del 2%, el 3% o incluso el 4%, pues tampoco es tanta la diferencia. Al fin y al cabo, un 1% de mil euros, son 10€.
La sensación que queda es que por muchos años que pasen, pues la diferencia tampoco ha de ser tan abismal. Es decir, si pasan 10 años son 100€, al cabo de 20 años 200€ y así. ¿No?
Pues no. Resulta que en periodos largos de tiempo –y debido a la capitalización compuesta–, la diferencia de un 1% en el tipo de interés es algo crucial.
Y para que nos hagamos una idea, os he preparado una tabla lo que acabaríamos ganándole a 1.000€ puestos al 1%, al 2%, al 4% y al 6% durante 10, 20, 30 y 40 años.
No he tenido en cuenta la fiscalidad a efectos simplificadores.
Es decir, al 1% en 10 años le sacamos 105€, pero en 40 años no le sacamos 420€, sino 489€.

Por capitalización compuesta. Y esta diferencia que es ligera al 1%, al 6% se dispara y pasamos de 791€ a 9.286€. Eso si, para quien tenga cuarenta años por delante. Aunque yo personalmente espero llegar a muy viejito.
Pero vamos, lo que parece claro es que a largo plazo, merece la pena sacar algún punto más de rendimiento.
Y con esto no podríamos contentar si no fuera porque 9.286€ de dentro de cuarenta años no valen igual que hoy. Os recomiendo el tercer artículo de este mismo número para valorar el impacto de la inflación.
Pero a lo que vamos. Si tenemos una inflación media de un 3% y nuestro dinero puesto al 1%, 2%, 4% y 6%. ¿Qué pasará con él a 10, 20, 30 y 40 años? ¿Cuanto ganaremos? … si es que ganamos.
Pues muy sencillo, mientras la rentabilidad no cubra la inflación, lo que nos va a pasar es que perderemos dinero. Inexorablemente. Un año más, unos euros menos. Año tras año.
A la rentabilidad después de descontar la inflación le llamamos rentabilidad real pues es la que nos permite comprar más cosas al cabo de un año.

Y vemos que por debajo de la inflación perdemos dinero cada año que pasa. Casi como si nos cobraran por el depósito.
Así que la próxima vez que le ofrezcan guardar su dinero en algo seguro aunque menos rentable, piense en los objetivos que tiene para ese dinero, no sea que la seguridad que le ofrezcan sea la de perder.
Nov 26, 2014 | 2014, Numero 12 + 1, Todos Los Números
Ya lo decíamos en números anteriores de este boletín y lo comento con mis clientes cada vez que nos vemos. Todos los números apuntan a que el incremento mínimo de las pensiones aparecido en la última reforma, acabará siendo el máximo.
Pero claro, si las pensiones suben, aunque solo sea un 0,25%, la cosa no es tan mala, ¿Verdad? Porque subir suben, aunque sea poco. ¿O no?
Pues no. El valor que nos dan siempre es el valor monetario, esto es si cobraremos más o menos Euros, pero lo que de verdad nos tiene que preocupar es lo que podremos hacer con esos Euros. Porque estaremos de acuerdo en que de poco me sirven hoy día las 500 pesetas (3€) que costaba hacer la compra de una semana en 1970.
Y si una pensión mínima hoy son unos 600€ al mes, ¿A cuanto equivale esta cantidad dentro de diez, veinte ó treinta años? Pues os he preparado los cálculos. Tened en cuenta que el resultado son puras matemáticas. No son opiniones, aunque se basa en dos supuestos.
Crecimiento de las pensiones del 0,25%
Me gustaría decir que no, que será más. Pero sinceramente no lo creo. Es el incremento mínimo que permite la última reforma. Y es el incremento que vamos a ver.
Inflación media del 3%
Aunque la inflación esté ahora en torno a 0,1%, lo difícil para el BCE, en condiciones generales, es conseguir una inflación baja. Como el objetivo del BCE es una inflación media del 2%, pues hemos supuesto una media del 3%. Es decir, hemos supuesto que el BCE hace muy bien su trabajo. Si no fuera así, el resultado sería aún peor.
Resultado
Bajo estas condiciones, lo que cobraremos los que nos jubilemos cada uno de esos años es la columna ‘Valor Nominal’, pero el valor real de esos euros lo vemos en la columna ‘Podremos Comprar’. Es decir, en 2014, la pensión mínima es de 600€ (jubilado con cónyuge no a cargo) y podemos comprar por valor de esos 600€.
Esa misma pensión es, para los que se jubilen en 2024, de 615€. Es decir, habrá subido 15€, pero la vida habrá subido tanto, que solo podremos comprar por valor de 446€.

Si tomamos como edad de jubilación los 67 años, en azul es lo que subirán las pensiones de los que ahora tienen 57, 47, 37 y 27 años. En verde lo que subirá (bajará) su poder adquisitivo.

Si estás en un tramo superior, tan solo tienes que hacer la regla de tres para saber cuanto cobrarás y lo que podrás hacer con ello. Y cuando lo sepas, en vez de ponerte a llorar, mejor ponte a buscar soluciones. Y hazme caso. Las hay.
Nov 24, 2014 | 2014, Numero 12 + 1, Todos Los Números
Esta noticia aparecida en el diario Expansión viene al pelo para hablar de lo que en gestión del ahorro se conoce como ‘conducir mirando el espejo retrovisor’. Es decir, ofrecer un producto de ahorro según las rentabilidades pasadas. Sin tener en cuenta si éstas eran razonables o no. Y si se mantendrán en el tiempo.
Pues algo así nos va a pasar con la renta fija en general y con los fondos de rentabilidad objetivo en particular. Ya nos hicimos eco de las advertencias de la CNMV sobre estos últimos en el mes de marzo. Aún así, el problema como digo afecta a todos los instrumentos de renta fija y más les afectará cuanto mayor sea su ‘duration’.
Durante los últimos meses son muchos los clientes que me han enseñado como su fondo, que invierte en Deuda Pública Española, ha tenido rendimientos del 6 y el 7%. Verdadera magia teniendo en cuenta que tanto los tipos de interés como la prima de riesgo están bajo mínimos. O no.
Quizás no sea magia, sino truco.
Así que pongamos un ejemplo con datos reales de los bonos del estado a 5 años.
Nos ofrecen un bono de rentabilidad objetivo, que se creó el 31 de diciembre de 2011. El objetivo de rentabilidad era un 3,56% anual durante los siguiente 5 años.
¿Difícil? Pues más bien no. La entidad lo que hizo fue comprar a la par un bono del estado a cinco años que en diciembre de 2011 pagaba un 5,56%. A eso le quita un 2% de comisión de gestión –aunque en realidad piensa gestionar poco– y a vivir, que son dos días.
Si nosotros entramos en ese fondo en 2011, pues todo bien. Tendremos, dependiendo de a que tipo podamos re-invertir los intereses, más o menos nuestro 3,56%. Podríamos haber obtenido más, pero al final tenemos lo que buscábamos, así que nada que objetar.
Por otro lado, tengamos en cuenta dos aspectos:
- Cuando el tipo de interés baja, el valor del bono sube y al revés.
- El tipo de interés acabará subiendo porque no hay margen para grandes bajadas.
No hay espacio en esta página para explicar la relación entre valor del bono y tipo de interés, así que por ahora es un acto de fe. Es así. Y cuando queráis profundizamos.
Pero a lo que vamos. Si alguien nos ofrece que compremos el fondo en 2013, éste habría tenido una ganancia anual en 2012 del 10,12%. Y desde inicio hasta 2013 había ganado un 8,94% … así que ¡Milagro! ¡La multiplicación de los panes y los peces! Pues no.
Si vemos lo que pasa en 2016, la rentabilidad final que obtenemos si compramos en 2011 es de un 3,94%. Y suponiendo que suben los tipos en 2.015 y 2.016, que si no sería aún menos.

Pero es que si entramos en 2.013 –y en gran medida por culpa de la subida de tipos comentada antes– pues apenas si ganamos un 0,51% anual. Y si entramos en 2.014, perdemos casi un 2% por esa subida de tipos. Es solo un ejemplo ilustrativo de dos aspectos. Que no sabemos lo que hará el tipo de interés, aunque bajar del 0,5% es difícil que baje. Y que es importante no comprar caro para no pillarse los dedos.
Nov 14, 2014 | 2014, Numero 12 + 1, Todos Los Números
En números anteriores de este boletín hemos hablado de la importancia de la inflación y de sus efectos sobre nuestro dinero.
Pero para comprender la importancia de este titular necesitamos hacer un repaso por dos hitos de la historia económica del siglo XX.
La gran depresión de 1.929
Fue a raíz de la misma, que los gobiernos vieron que podían reducir la duración de las crisis aumentando el gasto público. La idea es que en un momento de crisis, con paro, deflación, etc, si aumentamos el gasto público, las empresas producirán más para satisfacer ese gasto. Y para producir necesitarán más trabajadores, como estos ganan dinero gastarán más y al final entraremos en un círculo virtuoso que hará que la crisis finalice antes. Es lo que se conoce como políticas Keynesianas y son las políticas por las que suelen apostar los partidos de izquierda.
La crisis del Petróleo de 1.973
Con la teoría de Keynes se consiguió mantener las crisis a raya hasta 1.973.
En aquel momento, las economías comenzaron a entrar en recesión, pero al revés que en ocasiones anteriores, seguía habiendo inflación. Es decir, a pesar de la crisis, los precios seguían subiendo.
La razón es que la crisis no se debía a que la gente hubiera pasado a consumir menos, como las anteriores, sino a que, de repente, los productos eran más caros de producir. Y como eran más caros de producir, subían los precios para que siguiera siendo rentables hacerlos y la gente podía comprar menos cosas, etc.
Y de repente nos encontramos con una crisis distinta a todas las que habíamos visto hasta entonces. En esta situación, aplicar políticas keynesianas solo habrían empeorado el efecto de la inflación.
Y la razón para que todo fuera más caro de producir era la subida del precio del petróleo que acordó la OPEP, en parte en respuesta a la actuación de occidente en la guerra de Yom Kipur.
Los que tenemos una edad recordamos – yo al menos recuerdo en mi niñez– que las reuniones de la OPEP abrían los telediarios y tenían en vilo a EE.UU y a Europa.
Situación Actual
Y toda esta revisión para entender que una bajada importante del precio del petróleo puede tener efectos inversos a los que tuvo la subida de 1.973. Y para reflexionar que una buena parte de la bajada de precios actual se debe a la reducción del precio de la energía.

Y que la deflación que tanto nos asustaba en marzo no es la misma que ésta, porque una cosa es una deflación debida a que la economía pierde fuelle y baja la actividad y otra es una inflación que se debe a que ahora producir lo mismo es más barato.
El tiempo nos dirá cual ha sido el efecto final sobre la economía, pero en mi opinión ésta –la debida a una reducción del coste energético– es hasta bienvenida y puede hasta ser un balón de oxígeno para la economía europea. Otra cosa distinta es que veremos lo que dura la alegría.