Intranquilo

Intranquilo

Hace meses que desde esta misma tribuna vamos hablando de recuperación, de optimismo y de como poco a poco deberíamos esperar mejoras sustanciales en el aspecto económico.

Pero también es cierto que siempre que hemos hablado de optimismo y en ello coinciden la gran mayoría de economistas a los que hemos tenido oportunidad de escuchar en los últimos meses hay dos aspectos que siguen preocupando y mucho.

El primero es la tasa de paro, y en especial el paro juvenil. Difícilmente podremos salir de la crisis sin un empuje fuerte de la demanda interna. Y ésta está totalmente lastrada por el paro.

Podemos apoyarnos, y de hecho lo estamos haciendo, en las exportaciones, pero no podemos dejarlo todo en manos de la mejora de las exportaciones. Si la demanda interna no despierta, la recuperación será extremadamente débil o incluso inexistente.

Éste es un aspecto que todos entendemos. Hay que acabar con el paro como si fuera el enemigo público número uno.

Por lo que respecta al segundo, parece que se trate de un problema de economistas. Que no tenga que ver demasiado con la gente de la calle. Pero nada más alejado de la realidad. Es un problema que nos afectará y mucho en su momento. O mejor dicho, que afectará a nuestros hijos.

España debe en estos momentos más o menos lo mismo que produce durante un año. No el gobierno, sino nosotros que somos el estado debemos aproximadamente lo mismo que producimos en un año. Y si no hacemos reducimos esa deuda, pues se la pasaremos a nuestros hijos para que la paguen ellos.NM8P4F1

Es como si hubiéramos comprado un piso que no podemos pagar y lo tengan que acabar de pagar las generaciones posteriores. Y si fuera así el caso, incluso podría llegar a parecerme bien. 

Endeudarse para invertir, siendo invertir la adquisición de algo que nos reportará beneficios más adelante, podría considerarlo incluso sano.

Dicho de otra forma, endeudarse para comprar un piso o hacer una carretera podría ser aceptable. El piso o la carretera traerán beneficios en el futuro y puede ser conveniente adquirir la deuda para comenzar a disfrutar de esos beneficios desde hoy.

Pero el problema viene cuando se usa la deuda para financiar gastos corrientes. ¿Qué pasa si como no podemos costearnos las vacaciones pedimos un préstamo para pagarlas? ¿Y si pedimos otro para hacer la compra en el supermercado? ¿Y si añadimos otro para ir a la peluquería? ¿Verdad que nos parecería exagerado recurrir a préstamos para pagar estas cosas y pensaríamos que la familia que así actúa puede acabar muy mal?

Pues algo parecido pasa con el déficit público. Que está disparado por que se recaudan menos impuestos, porque hay que pagar más prestaciones sociales con menos recaudación, porque tenemos muchos funcionarios … y un largo etcétera.

Así que cuando alguien les diga que no hay que recortar prestaciones públicas, pensad que las estamos pagando entre todos, que estamos pidiendo préstamos, que habrá que devolver, para pagarlas y que es cierto, los servicios esenciales no se deben tocar. Pero hay que gastar menos. Sea como sea.

Cómo valorar si el precio de compra en bolsa es adecuado

Mucha gente compra acciones sin saber si el precio al que compra es bueno –está por debajo del valor de los títulos que compra– o es malo –y paga más de lo que en realidad valen. 

Al leer este artículo del Financial Times pensé que no estaría de más hacer un repaso de los términos más utilizados en valoración y del concepto que se esconde detrás de ellos.

Empecemos, no obstante, por explicar que el valor –no confundir con el precio– de una acción no es algo que sea fácil de determinar. Así que si alguien esperaba encontrar en esta página el santo grial, que busque en otro sitio. Pero una cosa es que no podamos adivinar el precio futuro de una acción y otra, es que nos podamos hacer una idea. Y ahí es donde entran estos indicadores. 

Cuando cualquiera de nosotros compra acciones de una compañía lo hace con, al menos, uno de dos objetivos. El primero es que las acciones suban de valor y el segundo es que nos reparta dividendos el tiempo que las tengamos . Vamos, que las compra para ganar dinero con ellas.

Desde ese punto de vista, tan solo ganaremos dinero si las acciones llegan a valer más de lo que pagamos por ellas, o si los dividendos repartidos son suficientes como para que nos compense aunque no suban de precio.

Pues bien, los indicadores que suelen mirarse no hacen más que intentar descubrir si ganaremos dinero o no, mirando al pasado y al futuro de la empresa.

Indicadores que miran al pasado

Es decir, como se ha comportado la empresa en el pasado y de esta manera intentar adivinar que pasará con ella en el futuro. Entre ellos encontramos:

Beneficio por Acción. Que parte del beneficio de la empresa le corresponde a cada una de las acciones. Si una empresa tiene un beneficio anual de 1.000 y otra de 100, valdrá más la primera que la segunda.

Dividend Yield. Igual que el anterior, pero tiene en cuenta el beneficio repartido en forma de dividendos. Siempre estaremos dispuestos a pagar más por una empresa que reparte los beneficios que por una que no … aunque el no reparto debería acabar reflejándose en un mayor valor a largo plazo de la compañía.

Valor en Libros. Cuanto valen los activos que tiene la empresa (terrenos, maquinaria, deudas de clientes, etc) una vez descontadas las deudas. El problema de este método es que un alto valor en libros no significa que la empresa vaya a tener beneficios y por ello vaya a repartir dividendos o subir de precio sus acciones.

Indicadores que miran al futuro

Se trata de hacer una estimación de la evolución que tendrá la empresa y que rendimientos iremos consiguiendo. El más conocido es:

Descuento del Flujo de caja (DCF). Es el método más recomendado desde un punto de vista académico pues es el que más fielmente nos debería decir lo que vamos a ganar/perder. 

El problema es que solo obtendremos esa la fidelidad del resultado si se cumplen las estimaciones de mercado que nos obliga a hacer. Ello hace que sea un método complejo,  arduo y flexible. Aunque es un ejercicio imprescindible si de lo que se trata es de valorar la compra de una participación significativa.

Doce planes de pensiones para ganar más de un 30%

Doce planes de pensiones para ganar más de un 30%

NM8P2F1Hay veces que uno, cuando lee la prensa ‘seria’ tiene la sensación de estar leyendo el ‘Hola’. Dicho con todos los respetos para éste último.

Y es que aprovechan de titulares llamativos, muy llamativos, aunque luego la información que aporten no sea tan relevante como pudiera parecer al principio. Seguramente tu mismo habrás llegado hasta esta página por lo sugerente del titular. Lo que nos indica la importancia de éste. 

Y pensarás que la información que te aporta será vital. Pero lo cierto es que no. Y ello por varias razones.

1) La bola de cristal

El problema es que parece como si  estos planes de pensiones tengan que seguir en el futuro con la tónica que han tenido en el pasado. Pero hace doce meses nadie sabía la rentabilidad iban a obtener. Si el analista que escribe el artículo lo hubiera sabido, invertiría cada año 10.000€ en sus predicciones y al cabo de treinta años se jubilaría con 87 millones en la cuenta. Pero como no lo sabe, ha de seguir escribiendo artículos.

2) La rentabilidad pasada versus la futura.

El artículo mira la rentabilidad de junio a junio de estos planes de pensiones. Pero si comparamos la rentabilidad que han obtenido en los últimos cuatro años, el resultado no es tan bonito. NM8P2F2Me he permitido comparar esos resultados entre ellos y también el Plan de Pensiones de Renta Variable de Mediolanum en los cuatro años anteriores. Del 2010 al 2013.

3) El tiempo

¿De verdad quiere alguien hacernos creer que la rentabilidad de hoy es importante? ¡Ni mucho menos! La importante es la rentabilidad media que hayamos obtenido el día que nos jubilemos. Lo que pase por el camino, en realidad, no es relevante. 

Así que una rentabilidad del 30% cuando te quedan quince, veinte, treinta años para jubilarte anima y da alegría. Pero poco más. 

Si por otro lado te quedan menos de diez años para jubilarte y estás pensando seriamente en invertir en estos planes de pensiones, coge el teléfono y llámame. Tenemos que hablar antes de que te puedas arrepentir.

4) Lo que de verdad importa

Si no tenemos la bola de cristal para saber cual será el mejor el próximo año. Si no podemos saber que pasará según lo que pasó. Y si además la rentabilidad del próximo año no es relevante. ¿Qué lo es?

Pues lo verdaderamente importante es asegurar que nuestro dinero esté ahí en el momento en que lo necesitaremos. En este caso tras la jubilación. Y para eso tengo dos palabras:

Diversificación: De todos los planes analizados en el artículo de expansión, tan solo el de BBVA tiene la consideración de Global, es decir está diversificado geográficamente como lo está el de Mediolanum.

Ciclo de Vida: Invertir en el vehículo correcto en cada momento de vida del Plan.

La reforma fiscal y el ahorro

La reforma fiscal y el ahorro

La noticia por excelencia de las últimas semanas, al menos en lo económico, ha sido la reforma fiscal presentada por el gobierno. 

Durante los últimos días del mes de junio hemos podido ver análisis y contra análisis en todos y cada uno de los medios de comunicación. Unos a favor de la reforma, otros en contra. Eso ya en función de la línea editorial de cada medio.

Y comentarla tiene sus peligros. Principalmente porque aún puede haber cambios antes de su entrada en vigor. Y de hecho los ha habido, como la rectificación realizada sobre la tributación de las indemnizaciones por despido.

Pero además, resulta que es tan compleja que al final he decidido centrarme en los cambios que afectan a la tributación del ahorro. Aspecto en el que hay cuatro cambios fundamentales.

Reducción de los tipos impositivos. Tras la subida de tipos acaecida en 2011, se vuelve poco a poco a la situación inicial, aunque gravando con un 23% si el rendimiento es superior a los 50.000€ al año.

Planes de Ahorro 5. El funcionamiento de estos planes es similar al de un depósito. Han de tener garantizado un mínimo de un 85% de la inversión inicial y no tributan hasta el quinto año.

NM8P1F1Bueno, en realidad en algunos medios he leído que están exentos y en otros he leído que tributarán por las plusvalías generadas al final de los cinco años –tal y como ocurre con los fondos de inversión– y personalmente me parece más probable esta segunda versión. Habrá que ver como se refleja en el BOE.

Planes de Pensiones. Baja el tope que podemos desgravar. Este nuevo tope que sería único, independientemente de la edad, rondaría los 5.000€. El argumento del gobierno es que la aportación anual media ronda los 1.375€ y que como los contribuyentes no lo aprovechan, pues lo bajan. Creo que argumento tan ‘sólido’ no hace falta ni criticarlo. 

De todas formas, se estudia extender las ventajas fiscales a cuentas bancarias con una liquidez similar a la de los planes de pensiones.  Parece que algún ‘regalo’ para la banca tenía que contener la reforma.

Plusvalías a corto plazo. Si bien se mantendrán como rentas del trabajo, y no como rendimientos del capital mobiliario, las plusvalías obtenidas por compra-venta realizada antes de un determinado plazo, si que es posible que este plazo se contraiga y pase a ser de seis meses en lugar de un año como es en la actualidad.

Así, una venta de acciones adquiridas seis meses y un día antes de la venta tributarían como rendimientos del capital mobiliario –con la escala de tipos correspondiente– y no como rentas del trabajo.

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