La decisión financiera más importante de nuestra vida y II – Siembra 407

La decisión financiera más importante de nuestra vida y II – Siembra 407

Artículo original con el título ‘La decisión financiera más importante de nuestra vida y II’, publicado en el número 407 de la revista ‘Siembra‘ en la sección ‘El rincón de los dineros’.

Ver el artículo original 

Os prometí una serie de tres artículos, en los que hablar de la decisión financiera más importante de nuestra vida y vamos a por el segundo. Así, mientras en el número anterior de Siembra desgranábamos las razones hacían tan importante preparar el momento en que ya no podamos valernos por nosotros mismos. En este número veremos por qué sufriremos (más…)

¿Sirve de algo sacar 155 € de mi cuenta?

¿Sirve de algo sacar 155 € de mi cuenta?

¡Todos a sacar 155 € de sus cuentas!

El 20 de Octubre de este año, en medio de toda esta vorágine que estamos viviendo, las entidades soberanistas solicitaron a sus simpatizantes que éstos retiraran de manera coordinada fondos en efectivo de los cinco principales bancos, como medida de rechazo tras el traslado de sedes sociales fuera de Cataluña y la entrada en prisión de los presidentes de Òmniun Cultural (Jordi Cuixart) y de Assemblea Nacional Catalana (Jordi Sànchez).

Es una medida destinada a demostrar la fuerza que tiene la gente, los ciudadanos de Cataluña favorables a la independencia y aquellos indignado con la situación actual, para forzar al gobierno a hacer las cosas de una manera diferente. Pero veamos a quienha beneficiado la medida. Si es que ha beneficiado a alguien.

Ya he tratado en otro artículo, que puedes consultar aquí, las implicaciones que una crisis bancaria podrían tener sobre el dinero de los catalanes en Cataluña, así que estaremos de acuerdo que, una llamada de este tipo, no ayuda en absoluto a calmar unos miedos que acabarían siendo fundados de seguir insistiendo en llamamientos así.

Pero este artículo lo voy a tratar desde otra perspectiva. Vamos a ver la utilidad real que una medida de este tipo tiene. Si de verdad afecta, o no, a quien se quiere afectar y en qué medida.

Porque desde mi punto de vista, los más afectados fueron los empleados de las sucursales bancarias que tuvieron que soportar la carga de trabajo adicional que sufrieron ese día. Y no solo ellos. Los ciudadanos de a pie se encontraron con colas superiores a lo habitual para poder realizar sus operaciones bancarias. En algún caso puntual, además, se dio falta de liquidez por lo que hubo quien se encontró sin poder disponer de su dinero en efectivo. Recordemos que el día 20 de octubre era viernes.

Colas en los cajeros 20 de octubre de 2017

Colas en los cajeros 20 de octubre de 2017

En mi humilde opinión, las incomodidades de esta medida no ayudan en absoluto a generar simpatías hacia el proceso, sino más bien al contrario. Estoy convencido que para muchos ciudadanos se vivió como un ataque a sus propias finanzas.

Pero, ¿Sirvió al menos como medida de presión a los bancos? ¿Les hizo incurrir en pérdidas con las que dar por vengados los traslados de sus sedes? Pues es posible que tampoco. Es posible que el efecto fuera incluso el contrario. Y ello debido a la situación de tipos de interés en la que nos encontramos en la actualidad. Veamos por qué.

Resulta que los bancos tienen que cuadrar cada día sus balances puesto que la mayoría de las operaciones del día son simples apuntes contables. Por ejemplo, una transferencia de dinero de Banco Mediolanum al Santander es una apunte contable que dice que Mediolanum le tiene que dar al Santander esa cantidad de dinero. Como hay transferencias en ambos sentidos, al finalizar el día se compensan unas con otras y se transfiere la diferencia, con lo que los balances quedan cuadrados.

Eso quire decir que, a final de día, el banco puede tener un exceso o una falta de liquidez según reciba o envíe más transferencias. Cuando le falta liquidez, tiene que conseguirla para cuadrar el balance. Normalmente se la pide al Banco Central Europeo.

¿Y si le sobra liquidez? Pues puede guardarlo en una cámara acorazada –cosa que tiene un coste– o depositarlo en el Banco Central Europeo (BCE) a cambio de un interés. Pero claro, con la situación que tenemos de tipos de interés tan bajos, resulta que el BCE no paga, sino que cobra por los depósitos. Es decir, el exceso de liquidez tiene un coste para la entidad.

Entonces, si los bancos afectados hubieran tenido un exceso de liquidez, custodiar ésta les podría haber llegado a costar dinero. A menos que sean los propios clientes lo que, a fuerza de sacar 155 € tras 155 €, se comprometan a custodiar su propio dinero en casa. Y de forma gratuita.

¿Tengo que sacar mi dinero de Cataluña?

¿Tengo que sacar mi dinero de Cataluña?

Sacar o no sacar mi dinero de Cataluña

Estaremos todos de acuerdo en que el último mes ha sido bastante convulso tanto para los bancos catalanes como para sus clientes. Incluso hemos llegado a ver imágenes de gente haciendo cola para abrir una cuenta bancaria en zonas limítrofes con Cataluña. También hemos visto momentos en los que algunos cajeros de Barcelona se quedaban puntualmente sin efectivo, cosa que no contribuía precisamente a calmar los ánimos de los usuarios de banca.

Yo, personalmente, he pasado mucho más tiempo del habitual hablando con clientes que me preguntaban sobre la necesidad (o no) de abrir una cuenta fuera y trasladar allí su dinero. Y he intentado calmar los ánimos en la medida de mis posibilidades.

Tantas han sido las consultas que me ha parecido útil dedicar el tiempo necesario para escribir este resumen de la situación y publicarlo en Noticias y Mercados. Pensad que es un artículo puramente técnico, en el que hablamos de las cosas que pueden pasar y de por qué pasan, pero sin intención de entrar en ningún momento en el debate político. Es un tema muy sensible así que si tenéis cualquier comentario sobre el contenido, estoy como siempre a vuestra disposición. Empecemos.

¿Qué pasa si los cajeros se quedan sin efectivo?

No me refiero a que el banco no tenga suficiente liquidez como para entregar su dinero a los clientes. Sobre eso hablaremos más adelante. Estamos hablando de una situación en la que tanta gente va a sacar dinero, que la máquina se queda sin billetes suficientes como para satisfacer a la demanda.

Es una situación que se da en momentos de extremo alarmismo y contra la que no sirve de nada sacar tu dinero fuera de Cataluña porque lo único que ha ocurrido es que, momentáneamente, no hay dinero. Y tampoco es una situación que se vaya a prolongar en el tiempo pues el banco afectado tardará poco –horas o como mucho algún día– en reponer efectivo en los cajeros para seguir con la operativa.

En este caso da igual donde tengas tu dinero porque, lo tengas en Barcelona, lo tengas en Madrid, lo tengas en La Coruña o en Suiza, si el cajero no tiene billetes, no los tiene. Y no va a poder «pintarlos» por mucho que quieras o por mucho dinero que tengas fuera. Pero insisto, se trata de algo puntual y transitorio.

¿Qué pasa si el banco se queda sin liquidez?

Otra cuestión es si el banco en su conjunto se queda sin liquidez para poder devolver el dinero a los depositantes.

Resulta que la mayor parte del dinero que tenemos en nuestras cuentas corrientes y depósitos no se queda en ellos, sino que el banco se lo presta a terceros a cambio de un interés. Sin querer entrar en más detalles, digamos simplemente que el banco acaba sacando la mayor parte de su beneficio, de la diferencia entre lo que nos paga a nosotros por nuestros depósitos y lo que le cobra a los demás por prestarles nuestro dinero. Aunque también hay que decir que es el banco quien se queda con el riesgo de impago.

Pero bueno, lo que ahora nos importa es que si queremos disponer de él, como el banco se lo ha prestado a otros, no nos lo puede devolver si antes no se lo devuelven a él esos a los que se lo ha prestado. Lógico, ¿no? Y si hay una salida masiva de depósitos, de gente yendo a buscar su dinero para llevarlo a otra entidad, o para tenerlo directamente en casa, puede encontrarse sin liquidez, sin dinero en efectivo, para atender esas salidas.

Esto no suele ocurrir en condiciones normales. Los bancos disponen de liquidez suficiente para atender los pagos del día a día. Y si necesitaran un apoyo extra, como esas necesidades habituales son pequeñas, resultan fácilmente atendibles por el BCE a través de su facilidad de crédito (aquí podéis econtrar información sobre las facilidades marginales de depósito y de crédito).

El problema viene cuando se dan salidas masivas de depósitos, y los bancos no pueden acudir al BCE porque están fuera de la Unión Europea. En ese caso, la cosa se complica. Siempre queda el recurso de acudir a préstamos de otros bancos, pero estos otros no tienen recursos ilimitados y además, como el dinero es muy miedoso, en una situación de incertidumbre, el tipo del interés al que aceptarían prestar dinero, sería demasiado elevado como para ser sostenible en el tiempo. ¿Qué podría hacer el Govern ante una situación así? Pues tiene dos opciones principales y no excluyentes.

La primera es emitir una moneda propia. Imaginemos, para dirigirnos a ella, que se le pone el nombre de «Cuartos Catalans» (CC), y denominar todas las cuentas en CC’s. De esta manera, sería el propio Banco Central de Catalunya quien emitiría los CC y se los prestaría a los bancos para darles liquidez.

No entraré en profundidad en esta opción, más allá de avisar de los graves inconvenientes asociados, como la inflación que se generaría, el encarecimiento de la deuda previamente contraída y la dificultad para acceder a los mercados internacionales. Tan graves son las consecuencias, que parece casi imposible que podamos llegar a un escenario de estas características, así que pasaremos por él asi de puntillas. El segundo es el que más preocupaciones suscitaba.

¿Qué pasa si se instaura un corralito que me impide acceder a mi dinero?

La segunda es impedir mediante normativa interna, que los clientes «saquen» dinero en efectivo –las transferencias nacionales podrían seguir operativas – de sus depósitos y cuentas corrientes. De esta manera se limita la sangría de liquidez a los bancos, y con ella la necesidad de buscar financiación fuera o emitir moneda propia.

No debería ser necesario usar estas medidas si, el banco en el cual tenemos nuestro dinero, sigue bajo el paraguas del BCE manteniendo el acceso a la liquidez de la facilidad de crédito que comentábamos más arriba. Ésta es una de las razones mas importantes para que las principales entidades se hayan llevado sus sedes a Alicante o Valencia. Resuelven con ello, gran parte del problema.

A pesar de ello, ¿Podría darse la situación en que se produzca un «corralito«?

El problema de base no es tanto la capacidad de un posible nuevo país para subsistir en los mercados internacionales, como el miedo de los clientes a lo que pueda pasar con el dinero que tienen depositado en los bancos de ese país. Me explico.

Fijaos que el principal problema viene a raíz de los reintegros masivos, por parte de los clientes, sobre las cuentas y depósitos de los bancos. Si los clientes estuvieran tranquilos y no acudieran en masa a retirar sus fondos, gran parte del problema estaría resuelto antes de aparecer. Así que el principal asunto, como vemos, no es de naturaleza técnica o de capacidad financiera, sino más bien de miedos. Miedo a lo desconocido y a la incertidumbre que genera. El miedo es terrible para el negocio bancario como podemos ver en este video. Con los bancos bajo el paraguas del BCE, pierde bastante fuelle la necesidad de implantar un corralito por cuanto los bancos siguen teniendo un acceso razonable a la liquidez del BCE. Pero hay más razones para estar tranquilo.

¿Afectaría un «corralito» a todo mi dinero?

Pues tampoco. En caso de necesitar imponer un «corralito«, lo normal sería que éste afectara tan solo al dinero que tenemos en depósitos, cuentas corrientes, cuentas de ahorro, etc. Es cuando sacamos dinero de estos productos cuando drenamos liquidez a nuestro banco, que como hemos visto es lo que se pretende minimizar con el «corralito«. Además, es posible que la medida solo afectara a las salidas de efectivo y a las transferencias internacionales. Las Transferencias nacionales, los recibos, los pagos con tarjeta, etc no quitan liquidez al sistema, pues el dinero se mueve entre bancos, pero sin salir en ningún momento del circuito bancario. Y al no haber fuga de liquidez, no hay problema.

Por otro lado, el dinero que tenemos en fondos de inversión, seguros Unit Linked, acciones, bonos, etc no es un dinero que hayamos prestado al banco, sino que son títulos de los que nosotros somos los propietarios, de igual manera si fuéramos propietarios de un inmueble.

Esto, que puede parecer un matiz sin importancia, resulta que si la tiene. Porque cuando nosotros queremos hacer líquido un fondo de inversión, no estamos restando nada de liquidez al banco pues para darnos nuestro dinero, el banco venderá en el mercado las participaciones necesarias y nos trasladará ese dinero a nosotros. Y dado que no restamos liquidez al sistema, tampoco tendría lógica que una operativa de este tipo se vea afectada por un «corralito«.Claro que tampoco le veo mucha lógica a reintegrar 155 € de la cuenta como os cuento aquí.

La corrección de los mercados que no fue… por ahora.

La corrección de los mercados que no fue… por ahora.

La corrección que llegará… tarde o temprano

WhatsApp Correccion de los mercados verano 2017Antes de verano envié un mensaje a aquellos de mis clientes susceptibles de verse afectados por una caída de las bolsas, la famosa corrección de los mercados, en especial en Estados Unidos.

Llevamos meses sin sufrir ningún susto importante en los mercados y si hay algo de lo que podemos estar seguros es que éste se producirá tarde o temprano. El objetivo del mensaje era prepararnos para mantener la calma y sacar rentabilidad adicional llegado el momento.

La corrección a la que haría referencia no se ha producido durante el verano, pero sabemos que llegará tarde o temprano. Y vamos viendo indicios que apuntan en esa dirección como por ejemplo este tuit de Juan Pablo Tusquets, de Acapital, con una gráfica que muestra la divergencia que se está produciendo en Estados Unidos entre la tasa de crecimiento del PIB y el valor de las acciones cotizadas.

El gráfico muestra, además, como divergencias similares se han producido, históricamente, justo antes de que los mercados corrijan de manera importante.

Y las preguntas que, al menos a mi, me surgen inmediatamente cuando veo algo así son ¿Se trata de un tema preocupante? Y si es preocupante, ¿Para quién lo es? Y en todo caso, ¿Cómo podemos protegernos –o mejor aún sacar partido– llegado el caso?

¿Se trata de un tema preocupante?

Pues si, para que nos vamos a engañar. Cuando hay correcciones en los mercados, hay gente que pierde dinero. Y eso nunca es agradable.

Lo que ocurrirá, tarde o temprano, es que el valor de las acciones bajará y quien no esté preparado, puede llegar a pasarlo bastante mal. Y este es el quid de la cuestión, que podemos hacer que este problema se convierta en una oportunidad.

En chino, la palabra crisis se escribe «Wei Ji». Wei significa peligro y Ji significa oportunidad. Así que una crisis no deja de ser una oportunidad que se abre en medio del peligro. Es la versión asiatica del castizo «a río revuelto, ganancia de pescadores».

¿Quién se ha de preocupar?

Principalmente se han de preocupar tres grupos de personas. Los asustadizos, los que necesiten su dinero y los que no estén bien diversificados.

Los que no estén bien diviersificados

Empezamos por este grupo porque son los que se tiene que preocupar aunque no haya crisis. Aunque las bolsas no bajen. Aunque todo vaya sobre ruedas. Porque si tu cartera está compuesta por 2, 3, 5 ó 10 valores, tienes un problema. Y tienes un problema independientemente de la situación de los mercados. Porque una compañía, cualquier compañía puede quebrar en cualquier momento y tú quedarte sin el 50%, el 33%, el 20% ó el 10% de tu patrimonio. Asusta, ¿verdad?

Está claro que en periodos de crisis sucumben más compañías que en momentos de prosperidad, pero eso no quiere decir que no nos pueda tocar «el pleno al quince«. Y ojo con la deuda pública. Tener todo nuestro patrimonio en deuda de un país, o asegurada por un país, puede ser tan mala idea como tenerla asegurada por una compañía.

Los que necesitan su dinero

El vehículo de inversión que utilicemos se debería adecuar al momento en que preveemos que podemos necesitar el dinero y, desde luego, si pensamos que podemos necesitarlo en cualquier momento, pues ese no es dinero para invertir en mercados sino para tener en cuentas corrientes, depósitos o fondos monetarios.

Porque resulta que si los mercados bajan, nosotros no perdemos dinero a menos que tengamos que desinvertir. Es como quien tenía su piso durante la última crisis inmobiliaria y no necesitaba venderlo. Estaba relativamente tranquilo porque el piso lo seguía teniendo. Ahora que vuelven a subir los precios, pues muchos vuelven a estar en ganancias.

El problema viene si llega la crisis, las bajadas de precios y nosotros necesitamos el dinero. En ese caso si que podemos perder, porque podemos vernos obligados a vender a un precio inferior al de compra.

Los asustadizos

En realidad no tengo tan claro que haya personas asustadizas con su dinero. Más bien creo que existen personas que confían en su inversión y personas que no lo acaban de tener claro. Si pregunto a mis clientes, todos ellos son prudentes. Ninguno quiere perder dinero.

La verdadera cuestión cuando hay una bajada de mercados es que confíen en que los mercados volverán a subir y con ellos se recuperará su inversión, o no confíen en ello.

Si confían en como está estrucutrada su inversión, pasarán por la crisis sin vender y por ello, sin realizar las pérdidas como veíamos en el apartado anterior. Si no acaban de confiar en la inversión que hemos realizado, tendrán miedo a las primeras de cambio y será cuando pierdan.

Pero ojo que si no estamos bien diverisficados, como hemos visto antes, quizás tengan razón en tener miedo y lo que habrían de hacer es salir antes de que sea demasiado tarde y llegue esa corrección de los mercados.

¿Cómo protegernos o sacar partido?

Lo primero es asegurar que estamos bien diversidicados –permitidme que sea insistente en este tema, pero es importante–, que adecuemos la inversión al horizonte temporal y que tengamos cosas en las que confiemos para no asustarnos llegado el momento. En este último caso es importante que despejemos todas las dudas que podamos tener antes de realizar la inversión.

Una vez tengamos estos pre-requisitos cubiertos, hemos de ser conscientes que salir de los mercados de manera preventiva no suele ser una buena opción. No sabemos cuando se producirá la bajada y podríamos perdernos las subidas que se produzcan hasta ese momento.

Lo que si podemos hacer para prepararnos es apartar una parte de nuestro dinero y dejarla preparada para aprovehar las oportunidades que se puedan producir en un momento de crisis. Si cuando llegue el momento tenemos esa herramienta preparara, podemos salir de la crisis mucho más reforzados, al haber convertido el peligro en una auténtica oportunidad.

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