Y no es solo este artículo que nos habla de la baja remuneración de los depósitos, sino este otro que nos habla de un banco Alemán que ha comenzado a cobrar por los depósitos a un día de más de 500.000 €.
Y este segundo es casi más preocupante por lo que puede suponer de tendencia.
De todas formas, parece que cuando hablamos de tipos del 2%, el 3% o incluso el 4%, pues tampoco es tanta la diferencia. Al fin y al cabo, un 1% de mil euros, son 10€.
La sensación que queda es que por muchos años que pasen, pues la diferencia tampoco ha de ser tan abismal. Es decir, si pasan 10 años son 100€, al cabo de 20 años 200€ y así. ¿No?
Pues no. Resulta que en periodos largos de tiempo –y debido a la capitalización compuesta–, la diferencia de un 1% en el tipo de interés es algo crucial.
Y para que nos hagamos una idea, os he preparado una tabla lo que acabaríamos ganándole a 1.000€ puestos al 1%, al 2%, al 4% y al 6% durante 10, 20, 30 y 40 años.
No he tenido en cuenta la fiscalidad a efectos simplificadores.
Es decir, al 1% en 10 años le sacamos 105€, pero en 40 años no le sacamos 420€, sino 489€.
Por capitalización compuesta. Y esta diferencia que es ligera al 1%, al 6% se dispara y pasamos de 791€ a 9.286€. Eso si, para quien tenga cuarenta años por delante. Aunque yo personalmente espero llegar a muy viejito.
Pero vamos, lo que parece claro es que a largo plazo, merece la pena sacar algún punto más de rendimiento.
Y con esto no podríamos contentar si no fuera porque 9.286€ de dentro de cuarenta años no valen igual que hoy. Os recomiendo el tercer artículo de este mismo número para valorar el impacto de la inflación.
Pero a lo que vamos. Si tenemos una inflación media de un 3% y nuestro dinero puesto al 1%, 2%, 4% y 6%. ¿Qué pasará con él a 10, 20, 30 y 40 años? ¿Cuanto ganaremos? … si es que ganamos.
Pues muy sencillo, mientras la rentabilidad no cubra la inflación, lo que nos va a pasar es que perderemos dinero. Inexorablemente. Un año más, unos euros menos. Año tras año.
A la rentabilidad después de descontar la inflación le llamamos rentabilidad real pues es la que nos permite comprar más cosas al cabo de un año.
Y vemos que por debajo de la inflación perdemos dinero cada año que pasa. Casi como si nos cobraran por el depósito.
Así que la próxima vez que le ofrezcan guardar su dinero en algo seguro aunque menos rentable, piense en los objetivos que tiene para ese dinero, no sea que la seguridad que le ofrezcan sea la de perder.