Artículo aparecido en Cinco Días y cuyo titular da a entender que la culpa de que se haya limitado a los griegos el acceso a su propio dinero, es del Banco Central Europeo. Y por ello dice que el BCE condena a Grecia al ‘corralito’.

Para ello analizaremos si de verdad era necesaria esa limitación y de donde viene esa necesidad.

Lo primero que tenemos que tener claro es que el dinero que nosotros depositamos en un banco no se queda en la entidad. No ya en Grecia, sino en cualquier banco del mundo. Ese dinero que depositamos, la entidad lo presta a otros y como lo presta a un tipo de interés mayor del que nos paga a nosotros, es de ahí de donde saca saca su beneficio.NyM20N01F01

La contrapartida es que si mañana fuéramos todos nosotros a retirar todo el dinero que tenemos depositado en nuestro banco, éste no nos lo podría dar –puesto que no lo tiene en la caja fuerte– y tendría que hacer suspensión de pagos. No obstante, en condiciones normales, nunca van todos los clientes de golpe a sacar todo su dinero y los bancos siguen funcionando con normalidad.

Para poder devolver su dinero a los clientes que lo solicitan, los bancos están obligados a mantener un cierto porcentaje de liquidez. Esto es, dinero que no pueden prestar a otros sino que tienen que tener disponible para los clientes que vienen a reintegrar efectivo.

Cuando hay más clientes solicitando dinero que efectivo, entonces el banco acude al BCE quien le presta para hacer frente a esa necesidad.

Debido a la situación del país, muchos más depositantes de lo normal han ido sacando dinero del sistema bancario para llevarlo a sitios más seguros, durante los últimos meses. En consecuencia, el Banco Central Europeo ya había ido incrementando posiciones para compensar esas salidas, llegando a niveles mucho más elevados de lo habitual.

Pues bien, ante esta situación el BCE podía seguir inyectando mayor liquidez, podía retirar su apoyo –complicado pues dudo que pudieran devolver los préstamos ya concedidos– o bien podía mantener esos préstamos pero no ampliar las líneas de financiación. Y lo que decidió finalmente el domingo fue congelar la linea de liquidez a los bancos griegos, lo que ha impedido que los ciudadanos sigan sacando dinero de forma masiva de sus bancos. Si tenemos limitado el dinero que se puede repartir, entonces se tiene que racionar el acceso mismo. La liquidez que hay en los bancos es limitada y hay que hacerla durar hasta conseguir fondos adicionales.

Pero no nos olvidemos que si los bancos griegos necesitan dinero es principalmente porque los mismos griegos no se arriesgan a prestárselo. Y ante esa situación ¿Era de verdad prudente que el Banco Central Europeo les prestase más  dinero perteneciente al resto de europeos? Pues visto lo que ha pasado después, quizás no habría sido prudente.

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