Noticia aparecida en La Vanguardia en la que se analiza lo que ha pasado con los expedientes de regulación de empleo en lo que va de año.
Recordemos antes de nada que un Expediente de Regulación de Empleo es un mecanismo habilitado por la legislación laboral española para incrementar las garantías de los trabajadores ante despidos objetivos que afecten a más del 10% de la plantilla.
Los despidos objetivos son aquellos que no se deben a un incumplimiento del trabajador, sino a una situación objetiva como puede ser, entre otras, la reducción persistente de las ventas de la empresa o la aparición de nuevas tecnologías que hagan innecesario el trabajo que se venía realizando por el trabajador afectado.
A diferencia de los despidos disciplinarios que solo tienen indemnización cuando son declarados improcedentes, los despidos objetivos tienen una indemnización de 20 días por año trabajado –que ha de ponerse a disposición del trabajador en el momento de comunicarse el despido– con el límite de una anualidad.
Como decíamos, la empresa no puede afectar mediante despidos objetivos a más de un 10% de la plantilla sin antes sentarse a negociar los términos con los representantes de los trabajadores.

NM10P3F1Me ha parecido una noticia muy importante por las implicaciones que tiene para la salida de la crisis.

Ya hemos visto en números anteriores de NyM que la recuperación pasa necesariamente por un incremento del consumo de las familias y es muy difícil que éstas se planteen decisiones de gasto importantes –cambio de coche, nevera, vacaciones, etc–  mientras piensen que haya riesgo de que les despidan.
En otras palabras,  cuantas menos empresas se estén planteando un ERE menos trabajadores tendrán miedo a ser despedidos, lo que tendrá un efecto positivo sobre el consumo y sobre el fin de la crisis.NM10P3F2
Pero no olvidemos que si las empresas reducen los ERE no es por un interés altruista en el fin de la crisis, sino porque tras los ajustes realizados son más competitivas y vuelven a necesitar trabajadores para poder servir a sus clientes.
Lo que no tengo tan claro es si, como dice Toni Ferrer de UGT, “el ajuste más brutal tuvo lugar en los años 2012 y 2013 porque las empresas tenían facilidades para despedir justificando pérdidas a futuro gracias a los cambios que se introdujo a través de la reforma laboral”.
O si por el contrario el ajuste se produjo precisamente por las dificultades de las empresas para ser rentables. El mayor número de afectados es en 2009, antes de la reforma.
La pregunta del millón es si estas empresas habrían sobrevivido y estarían generando empleo si no hubieran podido ajustar sus plantillas en el momento en que lo necesitaron.

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