Artículo publicado en Invertia y que se basa en datos de la asociación de instituciones de inversión colectiva.
Pocas sorpresas. El estudio nos cuenta la tendencia que tenemos en España a invertir en inmuebles frente a otras formas de inversión más usadas en otros países. Y teniendo en cuenta mi experiencia, casi diría que se queda corto.
Gran parte de esta inversión es la que se realiza en la vivienda habitual, aunque no está tan claro que podamos definir la compra de vivienda habitual como una inversión.
De todas formas, si comparamos con otros países europeos, la situación es bastante distinta. En españa por ejemplo dispone de vivienda en propiedad un 78% de la población frente a menos de un 60% en Alemania.
Por el contrario, si hablamos de planes de pensiones, en Europa se destina un 38% del ahorro y en España un 16,5%.
Pero más allá de los datos fríos de si invertimos más en esto o en lo otro, a mi me gustaría hacer una reflexión sobre si es mejor un modelo o el otro. Si es preferible comprar una vivienda –y destinar a la hipoteca una parte mayor de la que destinaríamos a un alquiler– o es preferible coger esa diferencia y ponerla en un producto financiero.
También hemos de tener en cuenta el apalancamiento. A nadie se le ocurre pedir un préstamo para comprar acciones de Telefónica, pero lo hacemos alegremente para comprar un piso.
El argumento suele ser que la bolsa puede bajar y si baja nos quedamos sin el dinero y con la deuda. Y claro, los pisos no.
Por alguna razón, un activo sin liquidez, con enormes gastos asociados y del que no sabemos el valor real cada día, nos da más seguridad que otros que son líquidos y de los que sabemos su valor en cada momento.
¿Entonces es un error comprarse una casa? ¿Hay que destinar ese dinero a los mercados financieros?
Pues la respuesta no es baladí. Recuerdo que este verano pasado realicé una simulación para unos clientes, una pareja muy maja que quería saber si les salía más a cuenta comprarse un piso o seguir de alquiler.
Y el resultado no fue definitivo en ningún sentido. Desde un punto de vista puramente financiero la balanza no se decantaba con claridad por ninguna de las opciones –y eso que hay estudios que ya preferían la bolsa antes que el inmobiliario antes del estallido de la burbuja.
Al final, es importante no solo el resultado financiero sino ver si la tranquilidad que nos aporta tener una vivienda en propiedad compensa otros aspectos que no suelen tenerse tan en cuenta como puede ser la dificultad para cambiar de casa cuando ésta es de propiedad, la falta de liquidez que puede darnos problemas si de pronto necesitamos dinero.
La pregunta que yo me hago, en definitiva, es si prefiero tener una vivienda de 200.000 €. O por el contrario prefiero pagar un alquiler pero tener ese dinero disponible si lo necesito. ¿Cual de las dos opciones nos ofrece mayor seguridad?
Pues eso, que antes de tomar la decisión, parece cuando menos coherente pararse a pensar en estas cosas. Piensa que los privilegiados firman hipotecas de 20 años, el resto se casan para más tiempo.
Un artículo muy interesante, te felicito Javier.
Me has tocado un punto sensible, creo un una de las claves del porque la gente se acaba decidiendo por el ladrillo es por el acceso al crédito que te da la compra de una vivienda frente cualquier otro tipo de inversión.
Uff, esto da para mucho.
Me reitero, felicidades por el artículo y por el Blog!