Como no podía ser de otra manera. Durante la crisis, cuando oía quejas por ahí, diciendo que los bancos no querían prestar dinero, yo pensaba en lo absurdo de la afirmación. Y este artículo va en esa linea.
Los bancos, como cualquier empresa, viven de sus ventas y en el negocio bancario tradicional, sus ventas son los créditos y préstamos. Y nunca he oído de ninguna empresa que desee, voluntariamente reducir su volumen de ventas.
Distinto es que en la situación de crisis en la que nos encontrábamos les diera miedo que esos créditos acabaran siendo impagados. Y eso ya lo he visto en más ocasiones. Empresas que por prudencia dejan de vender cosas sobre las que no tienen un mínimo de certeza de cobro. Pero es evidente que tarde o temprano tendría que conceder crédito para recuperar la rentabilidad.
Ahora la situación es diferente. Primero porque parece que ese miedo a los impagados se ha mitigado bastante. Y es normal. Después de siete años de crisis, podemos considerar que las empresas que han llegado vivas hasta el presente, tienen bastantes posibilidades de mantenerse. Si han conseguido sobrevivir a las bajadas de ventas y los impagos de sus clientes, no caerán ahora que las cosas mejoran.
Pero es que además, los bancos no saben que hacer con el exceso de liquidez. Hasta hace unos meses lo depositaban en el Banco Central Europeo, en la facilidad permanente de depósito que es la herramienta que tiene el BCE para que los tipos de interés no bajen de cierto nivel pues ofrece a todos los bancos la posibilidad de depositar el dinero en el BCE a ese tipo de interés.
Pues bien, desde que la rentabilidad que ofrece la facilidad permanente de depósito es negativa, ya no parece un buen negocio. Y eso les empuja a conceder préstamos en los que conseguir algo de rmargen.
De todas formas hay una frase con la que no acabo de estar de acuerdo. Bueno, en realidad, ni tan solo empiezo a estar de acuerdo.
Dice el artículo que ‘los bajos tipos con que el BCE ha logrado desatascar el crédito provocan que las entidades hayan perdido rentabilidad’.
Y no estoy de acuerdo porque en realidad lo importante no es el tipo de interés que haya en el mercado sino el diferencial existente entre los préstamos que conceden y la financiación que consiguen. Dicho de otra forma, si yo banco me financio al 4% y presto el dinero al 10% es igual que si me financio al 0,5% y lo presto al 6,5%. Mi margen es el mismo.
Otra cosa es que de cara a los consumidores, en el primer caso parece que apenas doblas el interés y en el otro lo multiplicas por 12. Y claro, decirle a alguien que para prestarle dinero le cobras doce veces lo que le pagas por un depósito, queda feo.