Artículo original con el título ‘La decisión financiera más importante de nuestra vida y II’, publicado en el número 407 de la revista ‘Siembra‘ en la sección ‘El rincón de los dineros’.

Ver el artículo original 

Os prometí una serie de tres artículos, en los que hablar de la decisión financiera más importante de nuestra vida y vamos a por el segundo. Así, mientras en el número anterior de Siembra desgranábamos las razones hacían tan importante preparar el momento en que ya no podamos valernos por nosotros mismos. En este número veremos por qué sufriremos ese problema si no hacemos nada.

Nuestra sociedad está acostumbrada a confiar en que el Estado nos saque las castañas del fuego en muchos de los aspectos de nuestra vida. Nos proporciona un colegio en el que estudiar, un médico al que acudir, una prestación por desempleo si nos quedamos sin trabajo, etc. Y de la misma manera, pensamos que también se ocupará de nosotros cuando ya no podamos mantenernos.

Al fin y al cabo es lo que ha venido haciendo históricamente. Pero es que además creemos, con bastante razón, que nos lo hemos ganado con nuestras cotizaciones.

Pero antes de seguir, hagamos repaso de las cosas que ya sabemos.

  1. Cuando nosotros cotizamos a la Seguridad Social, ésta coge ese dinero y lo usa para pagar las pensiones de los jubilados actuales. De esa manera, ese dinero ya no es nuestro. No se queda guardado para nosotros.
  2. Si al repartir el dinero entre todos los pensionistas un mes sobra o falta, se compensa con el fondo de reserva.

Visto de otra forma. Podemos decir que el dinero que tenemos para repartir depende de cuanta gente cotice (y cuanto pague cada uno). Por otro lado, la necesidad de dinero para pagar las pensiones depende de cuanta gente cobre (y cuanto cobre cada uno de ellos).

No solo eso. Basta con saber la evolución de unos y otros para calcular lo que podríamos cobrar de pensión cuando nos toque a nosotros. Veámoslo.

¿Cuanta gente habrá trabajando –y pagando– el día que nos jubilemos? No es fácil determinarlo porque depende no solo de la gente que habrá en edad de trabajar –eso más o menos lo sabemos– sino también de la tasa de paro y de la inmigración.

Mi estimación –que es muy optimista para muchos autores– considera que dentro de 25 años habrá la misma gente pagando que ahora. En la pirámide podéis ver que habrá menos gente en edad de trabajar –eso lo sabemos– pero quiero creer que se compensará con una menor tasa de paro y con el trabajo de inmigrantes. Ya dije que era optimista.

Por otro lado, tenemos bastante claro cuanta gente habrá cobrando. Si en el año 2009 había 5.686.144 personas mayores de 70 años, en 2049 habrá, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, 12.144.739 personas.

Y si pagan los mismos y cobramos más del doble, la pensión pública cuando yo me jubile será menos de la mitad de lo que es ahora. Y ahora la pensión media es de unos 900 €/mes.

Por cierto, aviso a navegantes, la última reforma del sistema público de pensiones marcaba una revalorización mínima para las pensiones del 0,25%. Curiosamente, cogiendo esa revalorización mínima y una inflación media de un 3 %, nos da que el poder adquisitivo de las pensiones de 2049 será la mitad del que tienen hoy.

En la tabla adjunta os he puesto como evolucionará el valor real –lo que puede comprar– de una pensión de 1.000 € con el paso de los años según los cálculos anteriores.

Independientemente de lo que acabe pasando, lo que está claro es que si no tomamos las medidas oportunas y estos números se cumplen, para cuando nos demos cuenta ya no habrá margen de maniobra.

En ese caso podríamos acabar teniendo que decidir entre depender de nuestros hijos o pasar penurias. Y en algunos casos llegar a pasar frío o hambre.

En el próximo número de Siembra, veremos como evitarlo. Que opciones tenemos y como aprovecharlas.

Suscríbete a Noticias y Mercados

Suscríbete a Noticias y Mercados

para recibir cómodamente tus comentarios.


Gracias por unirte a nuestro grupo de suscriptores