Poco a poco vamos viendo como la recuperación económica se va consolidando en nuestro país. Recuerdo que ya hablábamos de ella, a primeros de 2014, de la mano del profesor Recio.

La noticia, aparecida en Cinco Días, nos habla de mejoras en el consumo potenciadas por las buenas condiciones financieras. No en vano, los tipos de interés de los préstamos están desde hace un tiempo en tasas desconocidas.

Claro que también nos dice que esto se ha conseguido a pesar de tener un gobierno en funciones. Y yo no puedo dejar de preguntarme si no será, al menos en parte, gracias a eso.

Recuerdo una conversación que tuve con un amigo a principios de año, en la que me explicaba los terribles problemas a los que nos enfrentábamos por culpa de no tener gobierno.

Y yo no lo veía claro entonces, igual que no lo veo claro ahora. Y argumentaba que mientras no tuviéramos gobierno, al menos tampoco podrían subirnos los impuestos. Pero no era solo eso.

Tengo amigos abogados que hablan de una verdadera ‘diarrea’ legislativa por la gran cantidad de normas promulgadas en los últimos años.

Estamos de acuerdo en que se tiene que legislar para adaptar la norma a las necesidades de la sociedad. Pero no es menos cierto que también se necesita que esas normas tengan una vida relativamente prolongada pues tantos cambios producen una sensación de inseguridad jurídica que no es nada buena para la economía.

Pero a lo que vamos. Parece que la mejoría ha llegado para quedarse durante una buena temporada. Es una mejoría que viene de la mano del consumo interno, alentado por un entorno financiero más que favorable, con el crédito abierto a precios de derribo.nym35p01f01

Lo bueno de esta situación es que entramos en un circulo virtuoso muy interesante pues el consumo tira del PIB que a su vez tira del empleo, lo que vuelve a incrementar el consumo.

En un entorno como el actual, con inflación baja, esto se puede mantener durante un tiempo.

Ahora, lo que tenemos que vigilar es lo que pase con el precio del petróleo –ojo a las últimas reuniones de la OPEP– y con los salarios pues si se disparan los costes de producción, podemos tener que frenar por aquello del calentamiento de la economía, del que nadie se acuerda pero, que estaba tan de moda a finales de los ’80 y primeros ’90.

Eso si, lo que me ha encantado ha sido el optimismo del periodista cuando dice que ‘la economía española parece en gran medida inmune a las circunstancias que han provocado la desaceleración de la actividad en otras grandes potencias mundiales’.

Lo que viene a decir que considera que nosotros ya somos una potencia y eso siempre anima. ¿No creéis?

Suscríbete a Noticias y Mercados

Suscríbete a Noticias y Mercados

para recibir cómodamente tus comentarios.


Gracias por unirte a nuestro grupo de suscriptores