Sigue habiendo indicios que confirman lo que venimos repitiendo desde los primeros números de ‘Noticias y Mercados’. Que lo peor de la crisis ha pasado  y que poco a poco vamos teniendo razones para el optimismo. 

En este artículo de ‘El Economista’ es la Confederación de Organizaciones Empresariales – los representantes de los empresarios – y no el gobierno quien habla de mejora en las previsiones económicas para este año y para el próximo. 

Lo que parece muy importante de este artículo es que se debe en gran medida a ‘una mejora significativa en el consumo de los hogares’, azuzada en gran medida por la recuperación de la confianza por parte de las familias. 

Todos tenemos claro que la recuperación tiene que venir de la mano del consumo de los hogares, así que parece que vamos en el buen camino. 

Sobre este asunto recuerdo la conversación que mantuve a principios de mes con un cliente, y a pesar de ello amigo, que trabaja en un Family Office con participaciones importantes en empresas cotizadas e incluso algún asiento en consejos del Ibex.

Comentábamos como sus participadas notan ya estas mejoras en sus cuentas de resultados y esto era cierto en sectores tan trasversales como el transporte, autentico termómetro de la actividad económica. Las empresas están realizando más envíos, hay más tráfico en las autopistas y los parking tienen una mayor ocupación.

Aunque también es cierto que tampoco está la situación como para tirar cohetes. 

En primer lugar porque esta mejora tardará en tener un impacto significativo sobre el empleo, nuestro principal problema a día de hoy

Y en segundo lugar por el peligro de deflación que se sigue cerniendo sobre la economía europea y sobre todo sobre la española, con los efectos perversos que ello podría tener, tal y como pudimos ver en el último número de ‘Noticias y Mercados’.

En todo caso, además de la publicación de la CEOE, hay otras razones para la ilusión. 

Primero porque la riqueza de los hogares ha subido a niveles anteriores a la crisis. Es cierto que debido más al ahorro y la reducción de las deudas, que a verdaderas mejoras patrimoniales. Pero al menos nos dice que gran parte del ajuste ya se ha producido.

Y segundo porque otros indicadores accesorios como la venta de electrodomésticos también se están disparando. Y este último ya no es solo consumo sino inversión de las familias. 

Parece como si por un lado la crisis hubiera tocado fondo y por otro la que hubiera tocado techo fuera la capacidad de austeridad de las familias. Y juntando las dos, al menos deberíamos mejorar.

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