Según explicaban mis profesores cuando yo estudiaba en Esade, una de las razones principales para la gestación de la Unión Europea más allá de los tratados iniciales de París, Roma y Bruselas salió de la crisis del petróleo de 1973.
Al parecer se vio como Estados Unidos sorteó esa crisis mucho mejor que Europa a pesar de la mayor dependencia del petróleo y se achacó la diferencia al mayor tamaño del mercado americano frente a la fragmentación del Europeo.
Se pensó en ese momento – y se ha seguido prensando en crisis posteriores – que un mayor integración dentro de la Unión Europea traerá consigo una mayor capacidad de reacción ante crisis como la última.
Recordemos, por cierto que en parte se ha achacado a la falta de una unión bancaria paneuropea parte de los males que han afectado al viejo continente durante los últimos años. Bueno, también a la diferencia entre los estatutos de la Fed y los del BCE, pero el caso que nos ocupa es el de la mayor integración Europea.
Hay que ser conscientes, sin por ello contradecir a mis profesores de aquellos años, que saber saben un rato, que la unión bancaria no nos traerá la solución a todos los males.
Pero lo cierto es que avanzar en la unión bancaria parece que nos traerá más beneficios que problemas. Que unidos seremos más fuertes. Veamos que aspectos interesantes tienen las medidas aprobadas.
En primer lugar se creará un fondo de rescate, financiado por toda la banca europea, para financiar posibles rescates que se tengan que llevar a cabo en el futuro.
En segundo lugar se determina que los responsables de cubrir los agujeros que se descubran en las entidades bancarias han de ser sus accionistas, como propietarios de la entidad, sus bonistas senior y los propietarios de los grandes depósitos. Es decir, que se intenta amparar al pequeño ahorrador pero sobre todo al sufrido –en estos meses más que nunca– contribuyente.
La creación de un sistema de garantía de depósitos europeo ha quedado por el momento fuera de la agenda debido a presiones de Alemania. Y es una pena.
Sobre todo a tenor de la situación actual tal y como comentamos en en el punto número cuatro del presente boletín.
En todo caso, bienvenido sea este avance si ha de servir para que Europa recupere al menos parte del papel perdido en los últimos años en este mundo globalizado. Aunque mucho me temo que no es suficiente.