Extenso artículo aparecido en ‘El periódico de Catalunya’ sobre la revisión del Pacto de Toledo –acuerdo marco de los agentes sociales sobre pensiones– que se llevará a cabo el próximo año.
Hace un repaso de las distintas posiciones y de los cambios que se pueden producir y yo me he quedado con tres ideas básicas.
1. Financiar las pensiones no contributivas por otras vías.
No parece descabellado que las cotizaciones de la Seguridad Social que pagamos cada uno de nosotros, se destinen al pago de las pensiones de los que pagamos y que el dinero para el resto de pensiones salga de otro sitio.
Esto reduce la presión sobre el sistema público de pensiones aunque trasladará dicha presión a otros ámbitos como puede ser la recaudación de impuestos.
2. Vincular las subida de las pensiones al IPC
Puesto en boca de Pedro Sanchez, la situación actual sería culpa de las reformas que se han llevado a cabo. Entiendo que en política hay que ir siempre a por el adversario, pero querría creer que él es consciente que se trata de un problema demográfico. En diez años, el número de pensionistas ya ha crecido un 20% –no así el número de cotizantes– y aún están por llegar los jubilados del baby boom.
Si las subidas de las pensiones no tienen en cuenta la proporción de cotizantes y jubilados, el sistema quebrará.
Cuando yo era pequeño y mi madre invitaba a algún amigo mío a comer, mi padre solía decir en plan de broma, ‘No le invites, que si comemos más, comemos menos’. ¿Alguien lo duda?
3. La base de un buen sistema de reparto reside en las cotizaciones
Claro, pero resulta que la competitividad de las compañías de un país –y por ende su capacidad de generar empleo–, está íntimamente ligada con su estructura de costes. Y ahí, las cotizaciones sociales tienen un papel fundamental. Recordemos que un 30% –números redondos– del coste laboral de las empresas son cotizaciones sociales.
Se habla de eliminar las reducciones a la cotización de las últimas reformas y podemos estar más o menos de acuerdo, pero tenemos que ser conscientes que eliminar esa reducción, añadirá una presión a la baja sobre esos salarios.
Dice el artículo: ‘Si el empleo es de calidad y con una retribución digna, las cuotas a la Seguridad Social que se pagan en la nómina de cada mes, también lo será’
Y yo me pregunto. Si la retribución es digna, y aproximadamente un 30% del sueldo son cotizaciones, necesitamos al menos tres trabajadores con sueldo digno para pagar una pensión digna.
Cuando el ratio trabajador/jubilado se nos va a 1,6 trabajadores por cada jubilado –previsión demográfica para 2049–, por muy dignos que sean los salarios, tendremos que optar por una de las siguientes opciones:
- Bajar el coste y tener pensiones no tan dignas
- Subir los ingresos por cotizaciones muy por encima del actual y de ahí salarios a la baja.
- Subir ingresos vía impuestos y por ello menos poder adquisitivo.