El impuesto a las exportaciones para pagar el muro de Trump
Encontraba este artículo del The Guardian que habla de la intención del gobierno de Estados Unidos de financiar la finalización del muro que recorre la frontera entre Estados Unidos y México, en adelante el muro de Trump, mediante el cobro de un impuesto que grave las importaciones de artículos Mexicanos por parte de los estadounidenses.
Durante toda la campaña electoral, Donal Trump se comprometió firmemente con la finalización del muro y dijo, por activa y por pasiva, que no solo se iba a finalizar su construcción sino que además el coste no lo iban a pagar los estadounidenses sino los mexicanos. Obviamente Mexico respondía que, como país soberano, ellos no pensaban pagar el muro de Trump. Y tienen razón. Estados Unidos no puede recaudar impuestos en Mexico para pagarlo.
No voy a entrar a valorar si la propia idea de construcción del muro –junto con la propia política inmigratoria que la nueva administración quiere llevar a cabo– son buenas o malas ideas desde el punto de vista económico.
Si que al menos mencionaré que una política migratoria restrictiva puede generar a largo plazo algunos problemas para los propios habitantes del país. Sin inmigración no podrán compensar las bajas tasas de natalidad que tenemos en occidente. Eso era algo en lo que hasta ahora aventajaban a Europa y pueden dejar de hacerlo.
Me quiero centrar en la manera en que pretenden hacer pagar a los Mexicanos el coste de construcción del muro dado que, como hemos apuntado antes, Estados Unidos no puede recaudar impuestos en México. Así que han recurrido a esta idea de gravar con un impuesto las importaciones de productos Mexicanos, lo cual tiene distintas consecuencias.
¿Quien pagará de verdad el coste del muro?
La idea de la administración Trump consiste en que los productores mexicanos absorberán el incremento de coste de sus productos, de manera que el precio de venta, después de impuestos, se mantenga intacto. Bajo esa óptica, importe del impuesto lo pagarán los mexicanos.
De todas maneras, no faltaron voces que dijeron que en realidad el precio de los bienes importados se incrementaría por efecto del impuesto y que entonces serían los consumidores americanos quieres acabarían pagando más por los mismos productos. Desde esta otra óptica serían esos consumidores estadounidenses quienes acabarían financiando la construcción del muro.
¿Hay alguien que gana?
Pues ese es el problema de este asunto. No hay un ganador claro, aunque sí que hay perdedores. Cuando se incrementa el proteccionismo, el conjunto pierde.
La lógica detrás de esta afirmación es muy sencilla. Si algo se produce en un país en lugar de producirse en otro, es porque el primero es más eficiente que el Segundo produciendo ese algo. Posiblemente tiene sueldos más bajos, mayor productividad, mejor acceso a provisionamientos. Lo que sea. Pero se le da mejor.
Al poner Estados Unidos un arancel sobre los productos mexicanos, lo que hace es favorecer artificialmente al productor menos eficiente, reduciendo por ende la eficiencia general del sistema porque acabas produciendo más caro algo que podrías producir más barato.
Como bien decía la entradilla de un libro de Economía internacional –creo recordar que era el Krugman y Obstfel–, ‘Nadie sugeriría que Noruega ha de cultivar sus propias naranjas’.
¿Dónde está la clave?
Porque aunque la medida pueda ser negativa en su conjunto, no es lo mismo si la suma es negativa siéndolo para ambos, o si en cambio es positiva para uno y muy negativa para el otro. ¿De qué dependerá?
Pues básicamente de un concepto económico denominado elasticidad de la demanda. La elasticidad de la demanda relaciona el volumen de ventas que pierdes o ganas ante subidas o bajadas de los precios.
De esta manera, cuando pierdes pocas ventas a causa de una subida de precios, se dice que la demanda es inelástica. Cuando son muchas ventas las que pierdes, entonces es elástica.
Hay diversos factores que hacen influyen en la elasticidad de la demanda, aunque principalmente depende de la necesidad que uno tenga de un determinado producto, de la existencia de productos alternativos y del nivel de precios en que te mueves.
En ese sentido, la administración Trump debe considerar que los productos que se importan desde México deben tener una demanda muy elástica porque sean de bajo valor añadido, fácilmente sustituibles por otros importados, etc. En ese caso, los mexicanos se verían forzados a soportar el coste del nuevo impuesto.
Más efectos secundarios
Recordemos por un momento que el objetivo del muro es contener la inmigración ilegal e incontrolada desde Mexico a Estados Unidos.
Teniendo este objetivo en mente, es importante destacar que si la política proteccionista acaba perjudicando a la economía mexicana, eso no hará sino incrementar la presión migratoria hacia Estados Unidos. Cuanto más difícil lo tengan los mexicanos para ganarse la vida en su país, más dispuestos estarán a dejar su tierra para ganarse la vida en otra. Es decir, el mejor muro que pueden construir los estadounidenses es invertir en el desarrollo de México.
Conclusiones
No tenemos datos suficientes –al menos yo no los tengo– para evaluar si el efecto del impuesto a las importaciones será más perjudicial para los productores mexicanos o para los consumidores estadounidenses. Lo que sí sabemos es que si sumamos el efecto sobre ambos el resultado es negativo. Es decir, al conjunto formado por los dos países, le irá mejor si no hay trabas al libre comercio.
Pero al menos el muro de trump nos ha servido para ver los múltiples efectos que una decisión puede tener sobre la economía. Como con esa misma decisión podemos obtener un efecto y el contrario.