Quo vadis bitcoin?

Quo vadis bitcoin?

Los peligros de la burbuja de Bitcoins

Éste artículo publicado por Reuters y que propició este artículo, no es más que el último indicio que llega a mis manos en los últimos meses sobre la burbuja que se está produciendo con las criptomonedas, la más famosa de las cuales es Bitcoin.

Primeras noticias

Recuerdo que, justo antes de verano, ya estuve comentando el tema con varios clientes que me contaban como podrían haber ganado muchísimo dinero invirtiendo en Bitcoins. En lo llevábamos de año, la cotización del Bitcoin respecto del dólar americano había pasado de costar unos $1.000 cada Bitcoin a costar més de $2.500. Es decir, una inversión en bitcoins se había multiplicado por 2,5 en apenas 6 meses. Muy goloso.

Desde entonces el precio del bitcoin no ha hecho más que subir. Y si una revalorización del 250% en seis meses nos parecía excepcional, lo que ha pasado desde el verano hasta aquí ha sido tremendo. El Bitcoin ha acabado el año cerca de los 15.000$, con un pico que lo situaba –pocas semanas antes– en el entorno de los 19.000$. Multiplicar por 20 en poco menos de un año es una auténtica burrada.

¿Estamos ante una burbuja?

Pues yo creo que no cabe ninguna duda que estamos ante una burbuja. Y una de las gordas. Entre otras cosas porque no hay razones objetivas para que el precio de los bitcoins se esté disparando a estos niveles, más allá de la propia especulación. Tanta gente quiere tener Bitcoins para aprovechar la revalorización, que el precio se dispara.

Uno de los principales síntomas para decir que existe una burbuja es que la gente compra el activo solo por la revalorización que espera que tendrá. Es lo mismo que veíamos cuando la burbuja inmobiliaria. La gente compraba pisos sin importarle el precio a que estuvieran y si era un precio razonable, tan solo porque esperaban que éste (el precio) siguiera subiendo de manera eterna. Y ya sabemos lo que pasó cuando dejó de subir.

De la misma manera, cuando la burbuja tecnológica, los precios de las empresas .com se dispararon tan solo porque la gente esperaba que esos precios continuaban subiendo. Daba igual que los beneficios de las empresas .com no sostuvieran esos precios tan desorbitados en las acciones. Los inversores pensaban que era el futuro y seguirían creciendo de manera exponencial sin fin. Y sin motivo, en realidad. Os recomiendo este artículo en el que ya hablábamos de las razones por las que suben y bajan los precios de las acciones.

Pues bien, si las acciones de una empresa se disparan sin que haya verdaderos cambios en su gestión o en la capacidad de generar beneficios en el futuro, es que algo pasa. Y algo le pasó el pasado 21 de diciembre a la cotización de la empresa Long Island Iced Tea Corporation cuando cambió su nombre por el de Long Blockchain Corp y el precio de sus acciones se triplicó.

Cuando esto pasa, es que nos estamos volviendo locos. Y no es la primera vez que nos pasa. Se cuenta que en la burbuja de los tulipanes, alguien llegó a ofrecer su casa a cambio de un tulipán, como nos contaba Fernando Trias de Bes en su libro. Es más, en algún foro he escuchado ya hablar de Tulicoins, refiriéndose a los Bitcoins.

¿Y seguro que esta explosión en el precio del Bitcoin no tiene alguna explicación?

Cuando les dices que esta subida no tiene razón alguna, los defensores de los Bitcoins, se escudan en que la producción de bitcoins es cada vez más costosa y que, por tanto, es normal que cada vez sean más caros, pues son más difíciles de conseguir.

Y es cierto, pero olvidan algo y es que el bitcoin no es necesario. Quiero decir que si una moneda es muy difícil de conseguir, podríamos usar otras criptomonedas –o incluso otras monedas no virtuales– para efectuar nuestros pagos, por lo que no tiene sentido recurrir al bitcoin si su precio se dispara. A menos que pensemos que seguirá subiendo y que entonces no hay riesgo.

Distinto sería si esto pasara con monedas reales en lugar de criptomonedas. Al final la moneda es tan solo un instrumento de intercambio. Una herramienta que nos permite comprar cosas. No somos más ricos por tener más o menos cantidad de dinero, sino que somos más o menos ricos en función de las cosas que podemos comprar con ese dinero y en ese sentido, el dinero no tiene ningún valor en sí mismo, más allá de lo que podamos comprar con él.

Esto quiere decir que si en un momento dado la gente puede dejar de comprar una cierta moneda –porque se ha encarecido en demasía o ha perdido la confianza de la gente– y en ese caso –en el momento en que se perdiera la confianza–, la moneda podría perder todo su valor. O casi todo.

Bueno, al menos si hablamos de criptomonedas. Si hablamos del Euro, por ejemplo, la situación es distinta porque, por poca confianza o poco interés que tengamos en usar Euros, siempre –mientras no cambie la legislación– necesitaremos unos cuantos. Quizás no para las transacciones que hagamos con terceros, pero si para las que hagamos con el Estado (pago de impuestos, cobro de pensiones, etc). Pero los Bitcoins podríamos dejar de usarlos mañana mismo.

¿Y si sabemos que no los necesitamos, que están caros y que posiblemente haya una burbuja? ¿Por qué seguimos comprándolos?

Yo opino que por avaricia, que en el fondo es un sentimiento muy, pero que muy humano.

Recordemos lo que ha pasado en los últimos años con los tipos medios de los depósitos. Según datos del banco de España, la evolución de la remuneración media de los depósitos a un año de las entidades financieras ha bajado desde el casi un 3% de hace un lustro a poco más de un 0,10% del último año. Vamos, “na de na”. O cómo dicen en mi pueblo, “naica”.

Y claro, con esta perspectiva, pues alguna salida más o menos decente hay que buscarle a ‘los dineros’, para que al menos crezcan un poco. Pero lo de los Bitcoin se ha ido de las manos, llegando a niveles estratosféricos.

Hace poco más de un mes, tomando un café con unos papás del cole, el camarero nos estuvo contando lo bien que le iba con sus inversiones en Bitcoins y el dineral que había ganado. Yo intentaba avisarle de los peligros que estaba corriendo mientras me acordaba del limpiabotas de Rockefeller.

Cuentan que un día, mientras le lustraba los zapatos a Rockefeller el magnate del petróleo, el limpiabotas le reconoció y comenzó a exponerle las tremendas ganancias que había conseguido él, un simple limpiabotas, con sus inversiones en bolsa. Cuentan también que nada más volver a su oficina, Rockefeller dio orden de venta de todas sus participaciones. Su secretario, extrañado por tal decisión en un momento en que las acciones subían como la espuma le preguntó a que se debía esa salida precipitada. A lo que Rockefeller le respondió que cuando hasta tu limpiabotas está en bolsa, es el momento de salir.

No tengo ninguna prueba de la veracidad de esta historia que se cuenta en los corrillos, pero aunque no sea cierta, lo que sí es verdad es que Rockefeller fue de los pocos empresarios que se salvaron del crack que siguió a la gran burbuja de la bolsa en 1929. Lo que evitó su ruina.

La verdad sobre las burbujas

Porque no olvidemos las dos máximas de las burbujas.

  1. Cualquier burbuja dura siempre más tiempo del que los expertos vaticinan, lo que afianza la creencia en que nunca explotará.
  2. Todas las burbujas acaban explotando tarde o temprano, causando la ruina de aquellos que están mas expuestos a los activos de la burbuja.

Así que si tienes Bitcoins, asegurate que no pierdes ni lo que ya lleves ganado ni, sobre todo, lo que invertiste incialmente.

Si te ha gustado este artículo, o si por el contrario crees que hay algo que debería cambiar, déjame un comentario y lo tendré en cuenta.

Las 7 diferencias entre fondos de inversión y depósitos bancarios

Las 7 diferencias entre fondos de inversión y depósitos bancarios

Fondos de inversión vs depósitos

Tengo una compañera de Banco Mediolanum que recientemente tuiteó un enlace a un artículo de Bestinvert en el que analizaban lo que ellos denominan las siete diferencias entre los fondos de inversión y los depósitos. El artículo es de julio de 2017, pero como es un tema que hace tiempo que quería traer a este foro, he pensado que era una buena ocasión para analizarlo y analizar discrepancias con la opinión de Bestinvert. No sin antes agradecer a @MartaGalopa por su tuit.

Qué es un depósito bancario y qué es un fondo de inversión

Manos a la obra. Lo primero que he hecho ha sido buscar en le diccionario de la RAE para asegurarme que existía el verbo tuitear. Y efectivamente existe. Esta gente es cada vez más ágil incluyendo vocablos. Pero vamos a lo que nos interesa. ¿Cuales son esas siete diferencias entre un producto y otro? Y sobre todo, ¿Cuál es que más nos conviene a nosotros? Empecemos primero por comentar en qué consiste cada uno de ellos.

Depósito bancario

Un depósito bancario es un acuerdo con una entidad financiera (banco) mediante el cual nosotros le prestamos un dinero y éste se compromete a devolvernoslo incrementado con unos intereses. Si el tiempo está determinado, se denominan depósitos a plazo. Si el tiempo no está previamente determinado, se denominan depósitos a la vista. En el fondo, los depósitos a plazo no son muy distintos de las letras de Tesoro. La gran diferencia radica en que, por ley, los depósitos hacerse efectivo en cualquier momento recuperando como mínimo lo invertido, mientras que en letras podrías llegar a perder dinero si no esperas al vencimiento.

Monedas fondos vs depositos

Fondo de inversión

Un fondo de inversión es una persona jurídica que emite participaciones y realiza inversiones con el dinero de las participaciones. Dicho así, parece algo muy complejo, pero no lo es tanto.

Imaginemos que somos unos pequeños ahorradores y queremos invertir nuestro dinero en muchos sitios distintos para  diversificar. Pongamos el ejemplo que queremos comprar letras del tesoro, pero no queremos poner todo nuestro dinero en el Tesoro Español por lo que pueda pasar. Preferiríamos en cambio comprar letras y bonos de diez, veinte, treinta o cuarenta países distintos porque así, si a alguno de esos países le pasa algo, el resto de nuestro dinero sigue a buen recaudo.

Pero claro, como cada título tiene un valor aproximado de 1.000€, para poder diversificar empezamos a necesitar una cantidad simpática. ¿Cómo nos las arreglamos? Pues de la misma manera que nos juntamos los compañeros de la oficina para comprarle una canastilla a un compañero por su paternidad. Montamos un fondo. Ponemos un dinero cada uno y con ese dinero compramos el regalo.

No entraré en más detalles. Lo importante del fondo es que nosotros no le prestamos el dinero al banco al que se lo compramos, sino que damos un mandato a la gestora para que compre una serie de activos (letras, bonos, acciones, etc) en nuestro nombre y nosotros somos propietarios de esas letras, bonos, acciones, etc que la gestora ha comprado en nuestro nombre. Lo que quiere decir que si al banco que nos lo vendió le pasa algo, a nuestro dinero no le pasa nada. Bueno, a menos que los bonos, acciones, etc que el fondo hubiera comprado fueran del propio banco, que eso ya me lo he encontrado en alguna ocasión.

Pero vayamos a las siete diferencias que comentaba Bestinvert.

1) Dentro o fuera de Balance

Nos dice Bestinver que la diferencia fundamental entre ambos productos es que, tal y como hemos visto más arriba al ver su funcionamiento, “con los depósitos el inversor ‘presta’ su dinero a la entidad” mientras que con los fondos, los inversores siguen siendo propietarios de sus participaciones. Esto lo denominan estar fuera de Balance porque al no ser aún propiedad del inversor, no aparecen en el balance del banco.

2) Liquidez

Los depósitos pueden tener liquidez inmediara cuando son a la vista, como las cuentas corrientes, o en un determinado momento cuando son a plazo, obviamente estos últimos suelen ir recompensados con una mayor rentabilidad. Si queremos rescatar un depósito a plazo antes de vencimiento, lo normal es que tengamos que pagar una penalización que suele conincidir con los intereses acumulados hasta la fecha (pues no pueden devolvernos menos del capital aportado).

Por lo que respecta a los fondos, Bestinver nos dice que la liquidez de la mayoría de los fondos, exceptuando los garantizados, es diaria y no implica el pago de comisiones de retirada. Aquí me gustaría hacer varias puntualizaciones.

  1. Deberíamos comprobar el documento del fondo no sea que nos encontremos con fondos con comisón de rescate, que los hay.
  2. Lo que suele ser diario es la valoración del fondo. La liquidez puede depender de lo líquidos que sean los activos que contiene el fondo. Los fondos mantienen un porcentaje del capital en efectivo con el objetivo de hacer frente a los reintegros (denominados reembolsos) que se van produciendo. Dependiendo del volúmen de éstos, llegará un momento en que tendrá que vender activos para poder hacer frente a los reintegros y en ese momento, la liquidez será la que tengan esos activos. No es lo mismo un fondo invertido en letras del tesoro que uno que invierta en pisos y locales pues las letras son mucho más líquidas que los pisos y los locales (en condiciones normales, claro).

Los fondos garantizados si que tienen comisiones si se quieren reembolsar antes de vencimiento (o de las ventanas de liquidez) porque deshacer la garantía, que en este caso la suele dar la propia entidad, tiene un coste. Y ese coste es el que nos repercuten.

3) Fiscalidad

Nos cuenta Bestinver dos de los grandes beneficios fiscales de los fondos. La posibilidad, para las personas físicas, de traspasar entre productos sin tributar y la de compensar ganancias con otras pérdidas ocasionadas y no pagar impuestos por aquellas ganacias que podamos compensar.

Se olvida, a mi entender, la que es la gran ventaja fiscal de los fondos para las personas físicas y es las revalorizaciones de los mismos no tributan hasta el momento en que los hacemos líquidos.

4) Diversidad

Otra gran diferencia entre los fondos y los depósitos es la gran diversidad que existe en el universo de los primeros frente al escasa oferta de los segundos. Cuando miramos fondos se nos abre un mundo de estilos, opciones, carteras, objetivos, etc. En depósitos no hay diversidad, por la simpleza del producto. Nos dan un tipo de interés y nos devuelven nuestro dinero. Punto.

En mi opinión, ésta es en parte la clave de la popularidad de los depósitos. La facilidad de comparación. Basta con comparar entre tipos de interés y seguridad de cada entidad. Y además, por debajo de 100.000 €, tenemos el Fondo de Garantía de Depósitos, que simplifica aún más la selección.

5) Rentabilidad

La gran diferencia entre ambos productos es que los depósitos nos ofrecen un interés fijo, mientras que los fondos, a excepción de los garantizados, dependen de la evolución de los activos que componene el fondo.

A partir de ahí, la rentabilidad que obtengamos con los fondos dependerá, y mucho, de lo que se adecúe la composición del fondo a nuestras necesidades (perfil inversor, horizonte temporal, etc). Trataremos estos aspectos más adelante en otros artículos.

6) Plazos de inversión

Al igual que pasaba con la liquidez, los depósitos sueles tener plazo y vencimiento mientras que los fondos suelen tener ser un plazo indeterminado, lo que los hace rescatables en cualquier momento.

¿Excepciones? Los depósitos a la vista no tienen vencimiento. Los fondos garantizados y los de objetivo definido, sí suelen tenerlo.

Lo importante, no obstante, como decíamos en el apartado anterior, es que el producto se adapte al horizonte temporal de nuestra inversión. A cuando necesitaremos o creemos que podemos necesitar el dinero. En base a eso elegiremos un tipo de fondo u otro.

7) Garantía

Los depósitos están garantizados por el patrimonio del banco y por el Fondo de Garantía de Depósitos, lo que hace bastante improbable que perdamos nuestro dinero.

En el caso de los fondos, la seguridad nos la da la diversificación. Cuando están bien diversidicados, tienen títulos tan diversos que también se hace difícil que perdamos nuestro dinero y además no tenemos riesgo de pérdida si nuestro banco quiebra, pues nuestro dinero no lo tiene él sino que, recordemos, nosotros somos propietarios de los títulos.

En resumen

Según Bestinver los fondos, a la hora de invertir a largo plazo ofrecen “numerosas ventajas frente a los depósitos, además de la mayor rentabilidad que podemos obtener, como la fiscalidad o la flexibilidad”.

Lo que yo añadiría aquí es que, como contrapartida a esas ventajas, se trata de productos mucho más complicados de seleccionar, lo que hacen aconsejable contar con la ayuda de un profesional si queremos asegurar con sus ventajas cometer errores que pueden ser peligrosos.

El mejor plan de pensiones está en tu cabeza

El mejor plan de pensiones está en tu cabeza

El mejor plan de pensiones

Una pregunta que casi todos nos hemos hecho alguna vez es ¿Cuál es el mejor plan de pensiones que existe? Y a esta pregunta siguen otras similares. ¿Cómo podemos elegirlo? ¿Qué características tiene que tener para ser el mejor?

Vaya por delante que el mejor plan de pensiones del mundo es aquel que nos acerque de manera más decidida a nuestro objetivo, por lo que depende de manera íntima de cual sea éste. Y lo habitual es que cuando contratamos un plan de pensiones, nuestro objetivo sea complementar, de la manera más amplia posible, nuestra pensión de jubilación. Y digo lo habitual porque puede no ser el caso. Pensemos que los planes de pensiones son unos productos con unas características envidiables si queremos dejarlos en herencia. Y yo mismo tengo algunos clientes que persiguen eso, dejarlo en herencia, a la hora de realizar sus aportaciones a su plan de pensiones.

En este artículo nos vamos a centrar en la búsqueda del mejor plan de pensiones cuando nuestros objetivo sea complementar la pensión de seguridad social. Y no existe un plan de pensiones que sea el mejor, así en abstracto, sino que lo que existe es el mejor plan de pensiones –yo prefiero denominarlo el plan de pensiones más adecuado– para cada persona.

En realidad, lo primero que pensamos es que el mejor plan de pensiones será el que más rentabilidad nos de, pues será con el que conseguiremos un mayor complemento para nuestra pensión en relación al esfuerzo que hagamos. Lo que pasa es que es imposible conocer de antemano la rentabilidad que obtendremos. Al menos la real. Veamos por qué.

El mejor plan de pensiones es el que nos da una alta rentabilidad real

Más de uno habrá pensado que no es tan complicado saber la rentabilidad de su plan del pensiones. Al fin y al cabo, en su banco le ofrecen unos planes fantásticos con rentabilidad garantizada. Basta con contratar uno de ellos para saber cual será la rentabilidad de nuestro plan de pensiones. ¿No?

Pues en realidad no, porque lo que de verdad nos importa no es el dinero que tengamos cuando rescatemos nuestro plan (la rentabilidad nominal), sino las cosas que podremos comprar con ese dinero (la rentabilidad real). Es sencillo. Si la rentabilidad de nuestro plan está por debajo de la inflación, acabaremos perdiendo dinero o mejor dicho, acabaremos perdiendo poder adquisitivo. Es decir, acabaremos pudiendo comprar menos cosas de las que hubieramos podido comprar si nos lo hubiéramos gastado en lugar de guardarlo. Mal negocio, ahorrar para acabar pudiendo comprar menos. ¿No crees?

No sabemos cual será la inflación de los próximos años, aunque tenemos alguna pista. El objetivo del Banco Central Europeo (BCE) es que cada año tengamos una inflación algo inferior al 2%. Una inflación de un 2% quiere decir que dentro de 20 años necesitamos tener 1.500€ para comprar lo mismo que hoy compramos con 1.000€. Y también quiere decir que si se cumplen las previsiones del BCE, cualquier plan de pensiones que nos ofrezca una rentabilidad inferior al 2% anual no es que no sea el mejor plan de pensiones, es que en la mayoría de los casos ni siquiera es bueno. Más adelante en este artículo veremos cuando puede ser conveniente tener un plan de pensiones de estas características.

Los mejores planes de pensiones para conseguir rentabilidad real son los planes de pensiones de renta variable, pues son los que se mueven –o se deberían mover si están bien construídos– con el conjunto de la economía. cuando la economía va bien y hay inflación, el valor de las empresas también sube.

Si por el contrario tenemos un Plan de pensiones de Renta Fija y sube la inflación, es muy probable que el BCE responda subiendo tipos de interés, lo que hace que el valor de nuestro plan baje. Esto no debería preocuparnos demasiado si está bien construído porque, aunque baje momentaneamente, a vencimiento debería darnos lo que nos prometió. Lo que si debe preocuparnos, en cambio, es que si la inflación ha subido, es posible que lo que nos prometió no sea suficiente para ganar poder adquisitivo.

¿Quiere esto decir que es mejor un plan de Renta Variable que uno de Renta Fija? No, porque hemos hablado de rentabilidad, pero no hemos hablado aún de riesgo. Veámoslo en el siguiente apartado.

El mejor plan de pensiones es el que minimiza el riesgo

En el apartado anterior hemos visto el riesgo de no superar la inflación y nos parecía que eran mejores los planes de pensiones de renta variable. Porque está muy bien esto de conseguir una alta rentabilidad real, pero claro, hemos de tener en cuenta el riesgo que estamos corriendo. Y aquí hemos de analizar un aspecto importante. El riesgo de perder nuestro dinero. Porque de nada nos sirve que nos prometan una maravillosa rentabilidad si podemos perder todo lo que hemos invertido.

Todo el mundo sabe que las acciones de las empresas fluctúan, lo que puede hacer que cuando necesitemos recuperar el dinero de nuestro plan de pensiones, éste haya bajado mucjo y nos econtremos con que tenemos enormes pérdidas.

Por otro lado, las empresas pueden entrar en crisis y sufrir pérdidas mucho mayores incluso que las anteriores,

El mejor plan de pensiones es el que tiene suficiente dinero en su interior

El objetivo, como hemos dicho, es complementar la pensión de la Seguridad Social. Pero, ¿En cuanto? El Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores determinan aquí que para mantener nuestro nivel de vida necesitaremos, el día que nos jubilemos, unos ingresos que supongan entre un 70 y un 90% de nuestro último sueldo.

Eso quiere decir que si, por ejemplo, nuestro último sueldo antes de jubilarnos fue de 2.000€, necesitaremos entre 1.400€ y 1.800€ al mes para no perder nuestro nuvel de vida. Si estimamos que la Seguridad Social nos va a dar 1.200€ –esta cifra es solo para seguir con el ejemplo de cálculo– necesitaremos unos 400€ cada mes hasta que nos muramos.

Este cálculo merece capítulo aparte y prometo volver a tratarlo más adelante. Por ahora, lo importante es que comprendamos lo triste que es cuando me encuentro a alguien que me dice que ya está trabajando la jubilación porque ahorra un dinero al año en un plan de pensiones. Un dinero que esa persona no sabe cuando le va a suponer cuando se jubile, pero que tú ya ves que es claramente insuficiente para sus necesidades.

Y digo que es triste porque quien no ahorra, lo sabe y al menos no se llevará sorpresas llegado el momento. Cuando se jubile y tenga que vivir exclusivamente de su pensión podrá vivir mejor o peor, pero al menos habrá sido su elección. Pero es mucho peor para quien pensando que esta haciendo las cosas bien, cuando llega el momento se da cuenta que no le da ni para pipas.

El mejor plan de pensiones es el que contratamos antes

Es importante buscar y contratar un buen plan de pensiones, pero puede ser mucho más importante y mucho mejor contratarlo antes, aunque no sea tan bueno. Porque mientras retrasamos la decisión, por esperar a encontrar el mejor, nos estamos perdiendo un tiempo valioso en que podemos aprovechar la capitalización compuesta.

Si miramos la siguiente tabla, vemos que para tener un capital final de 39.679€, tendríamos que ahorrar 100€ al mes durante 20 años al 5% de interés.

Pero si en lugar de 20 años, ahorramos durante 30 años, entonces es suficiente un 1% de rentabilidad para que acabemos con más dinero. Es decir, que conseguir una buena rentabilidad es importante, pero empezar cuanto antes mejor, es mucho más importante aún.

Por cierto, que de ahorrar durante 20 años a hacerlo durante 30 años, más que doblamos el resultado de nuestra inversión. Puedes ver aquí un ejemplo de lo que pasa trabajando la jubilación desde bien joven.

El mejor plan de pensiones puede no ser un plan de pensiones

Por último, el mejor plan de pensiones, puede no ser un plan de pensiones porque quizás sea otro producto el que nos convenga más. Lo que ocurre es que cuando llega final de año, las desgravaciones de los planes de pensiones son muy golosas y hacen que se trate de un producto mjy fácil de vender. A veces, insisito, más por la desgravación fiscal que por la verdadera necesidad del producto.

Pero no es el único producto para la jubilación. En realidad solucionar la jubilación, más que en contratar un producto, consiste en llegar a esa edad en la que no podemos valeros por nostros mismos, con el dinero suficiente como para complementar la pensión de jubilación hasta llegar a un nivel de ingresos que nos permita llevar una vida digna.

Pero podemos llegar a acumular ese capital no solo en planes de pensiones, sino también en planes de jubilación, PIAS, fondos de inversión, acciones, depósitos, seguros, cuentas corrientes, pisos, metales preciosos, etc. Lo importante más que el procto es que lleguemos a ese momento con el importe necesario. Y el procuto que usemos para ello, dependerá de las circustancias de cada uno.

Suscríbete a Noticias y Mercados

Suscríbete a Noticias y Mercados

para recibir cómodamente tus comentarios.


Gracias por unirte a nuestro grupo de suscriptores