Nov 4, 2014 | 2014, Número 12, Todos Los Números
Leo los diferentes artículos publicados sobre los test de stress y la verdad es que si no sabes de que te están hablando, te quedas bastante igual.
Así que empecemos por dar la enhorabuena a los bancos con buena nota pues denota solidez en sus balances, y analicemos lo que significa.
Para ello comencemos por saber que es el ratio de solvencia. Qué es lo que mide y porqué nos da seguridad. Aunque así de entrada, estaremos de acuerdo en que lo de solvencia, como mínimo sonar, suena bien.
Vamos a verlo de manera simplificada (obviaremos carteras industriales, deuda subordinada, etc) en aras de una mejor comprensión de los conceptos.
Un banco, al igual que cualquier empresa tiene unos activos –edificios, marcas, dinero pendiente de cobrar, dinero en la caja o en otros bancos– y unos pasivos –deudas o dinero pendiente de pagar y capital.
En el caso de un banco, el activo más importante suelen ser los préstamos concedidos (pues es dinero que el banco tiene pendiente de cobrar) mientras que el pasivo más importante suelen ser las cuentas de clientes (cuentas corrientes, depósitos, etc) pues es dinero que tiene pendiente de pagar a sus clientes (por ejemplo el día que venza el depósito o cuando vayamos un cajero automático).
Pues bien, el activo (suma de préstamos concedidos) por definición es igual a la suma del pasivo (cuentas y depósitos) más el capital (lo que han puesto los accionistas).
Es decir, si un señor deja de pagar su préstamo al banco, entonces el activo vale menos y como consecuencia, el pasivo también. En concreto, lo que baja de valor es el capital (la parte de los accionistas).
¿Pero que pasa si hay más señores (o lo que sean) impagando sus préstamos que capital? Pues que una vez nos hayamos comido el capital, ya no habrá dinero suficiente para pagar a los depositantes.
El ratio de solvencia nos dice que parte del activo está cubierta por el capital. Que BBVA tenga un ratio de solvencia del 10,60% quiere decir que por cada 100€ de activo, 10,60€ están cubiertos por el capital. El resto no. Y en este resto es donde entra a jugar el Fondo de Garantía de Depósitos como vimos aquí.
Pues bien, el test de stress, lo que hace es imaginar un escenario en el que baje el PIB, suba el paro, etc y analizar como quedaría el ratio de solvencia en ese escenario pesimista debido principalmente a la morosidad.
¿Y ha pasado Mediolanum el test de stress? En realidad no estaba obligado a someterse a él como podéis ver aquí.

De todas formas, para vuestra información, la solvencia de Mediolanum a junio de este año era del 51,81%, lo que la coloca a la cabeza de las entidades españolas.
Jul 7, 2014 | 2014, Número 8, Todos Los Números
Mucha gente compra acciones sin saber si el precio al que compra es bueno –está por debajo del valor de los títulos que compra– o es malo –y paga más de lo que en realidad valen.
Al leer este artículo del Financial Times pensé que no estaría de más hacer un repaso de los términos más utilizados en valoración y del concepto que se esconde detrás de ellos.
Empecemos, no obstante, por explicar que el valor –no confundir con el precio– de una acción no es algo que sea fácil de determinar. Así que si alguien esperaba encontrar en esta página el santo grial, que busque en otro sitio. Pero una cosa es que no podamos adivinar el precio futuro de una acción y otra, es que nos podamos hacer una idea. Y ahí es donde entran estos indicadores.
Cuando cualquiera de nosotros compra acciones de una compañía lo hace con, al menos, uno de dos objetivos. El primero es que las acciones suban de valor y el segundo es que nos reparta dividendos el tiempo que las tengamos . Vamos, que las compra para ganar dinero con ellas.
Desde ese punto de vista, tan solo ganaremos dinero si las acciones llegan a valer más de lo que pagamos por ellas, o si los dividendos repartidos son suficientes como para que nos compense aunque no suban de precio.
Pues bien, los indicadores que suelen mirarse no hacen más que intentar descubrir si ganaremos dinero o no, mirando al pasado y al futuro de la empresa.
Indicadores que miran al pasado
Es decir, como se ha comportado la empresa en el pasado y de esta manera intentar adivinar que pasará con ella en el futuro. Entre ellos encontramos:
Beneficio por Acción. Que parte del beneficio de la empresa le corresponde a cada una de las acciones. Si una empresa tiene un beneficio anual de 1.000 y otra de 100, valdrá más la primera que la segunda.
Dividend Yield. Igual que el anterior, pero tiene en cuenta el beneficio repartido en forma de dividendos. Siempre estaremos dispuestos a pagar más por una empresa que reparte los beneficios que por una que no … aunque el no reparto debería acabar reflejándose en un mayor valor a largo plazo de la compañía.
Valor en Libros. Cuanto valen los activos que tiene la empresa (terrenos, maquinaria, deudas de clientes, etc) una vez descontadas las deudas. El problema de este método es que un alto valor en libros no significa que la empresa vaya a tener beneficios y por ello vaya a repartir dividendos o subir de precio sus acciones.
Indicadores que miran al futuro
Se trata de hacer una estimación de la evolución que tendrá la empresa y que rendimientos iremos consiguiendo. El más conocido es:
Descuento del Flujo de caja (DCF). Es el método más recomendado desde un punto de vista académico pues es el que más fielmente nos debería decir lo que vamos a ganar/perder.
El problema es que solo obtendremos esa la fidelidad del resultado si se cumplen las estimaciones de mercado que nos obliga a hacer. Ello hace que sea un método complejo, arduo y flexible. Aunque es un ejercicio imprescindible si de lo que se trata es de valorar la compra de una participación significativa.