Y el viernes 24 de junio se acabó el mundo. Como nos cuenta este artículo de Expansión, el Ibex sufrió el mayor descalabro de su historia. A las 9 de la mañana recibí la primera llamada de un cliente asustado, contándome como iba a deshacer las posiciones que tenía por temor a los efectos del brexit.
Al poco de comenzar la sesión bursátil, vimos como la cotización de algunos valores caía por debajo del 20%.
Tal era el nerviosismo, que dediqué la última hora de la tarde de ese día a preparar una serie de emails informativos sobre lo que estaba pasando.
Principalmente porque como todo era una simple cuestión de nerviosismo, no de un problema real en los mercados, lo importante era actuar con calma.
Ya hemos comentado con anterioridad los indicadores que podemos analizar para hacernos una idea sobre lo caro o barato que es la compra de una acción.
Básicamente el precio de una acción debería reflejar los beneficios futuros que esperamos obtener con esa acción. Ni más ni menos.
Lo que pasa es que en la frase ‘esos beneficios futuros que esperamos obtener’ se nos cuela la palabra ‘esperamos’. Y ahí es donde entran las emociones y los miedos.
Esto quiere decir que el mismo título (acción, bono, etc) que hoy esperamos que en un futuro nos de unos beneficios determinados, mañana nos asustamos y creemos que no los vamos a obtener. Y es cuando los precios se desploman.
¿Alguien cree de verdad que la cuenta de resultados de un banco como el Santander va a reducir sus beneficios en los próximos años en un 19%? El valor de las empresas no se redujo por los efectos económicos que el Brexit iba a tener sobre la cuenta de resultados –es decir, los beneficios futuros–, sino por el miedo de la gente a esos efectos.
Y entonces lo que ocurre es que de un día para otro tienes la oportunidad de comprar un activo de casi el mismo valor, pero a menor precio. Y es en esos momentos cuando de verdad surgen las oportunidades.
De todas formas, no tengo tan claro que la salida del Reino Unido de la Unión Europea sea tan mala noticia para Europa.
Para ilustrarlo, adjuntaba en aquel mensaje este otro artículo del Financial Times que me pareció muy esclarecedor. Además, he encontrado un video de una serie Británica de los años titulada ‘Yes, Minister’ que trata el tema del encaje del Reino Unido en Europa en clave de Humor. Lo siento, solo lo he encontrado en inglés y en catalán. Eso si, merece la pena de verdad.
El caso es que si la salida de los británicos se acaba produciendo, Europa tendrá una ocasión de oro para avanzar en la integración de los distintos estados que componen la unión. Y esto ayudaría enormemente a despejar gran parte de las incertidumbres a las que se enfrenta en la actualidad y que tanto daño están haciendo.