Sonia y Lázaro son una pareja muy maja que después de unos años viviendo juntos se hicieron la reflexión que se hacen la mayoría de parejas llegados a este momento. ¿Y si nos compramos un piso y dejamos de tirar el dinero con el alquiler?, se preguntaron. Es decir, es mejor comprar o alquilar piso.

Y aprovechando la siguiente visita que les hice, me lanzaron la pregunta a bocajarro. Javier, ¿Vosotros tenéis hipotecas?

Claro que tenemos. Y en muy buenas condiciones. Para Mediolanum la hipoteca es más un servicio al cliente que un negocio en si mismo, por lo que las condiciones suelen ser de las mejores del mercado para clientes con solvencia.

Dado que él es funcionario y ella enfermera con un contrato indefinido, esto pareció reforzarles en su idea.

Y ahí es donde entré yo preguntando por qué querían comprarse un piso a lo que me respondieron con el consabido ‘alquilar es tirar el dinero’ y el piso, al final, será nuestro.

Es un argumento que he escuchado en múltiples ocasiones pero que no tiene en cuenta lo que podríamos acumular en caso de no comprar y que puede incluso llegar a ser más que el valor del piso.

Es decir, si en lugar de comprar una vivienda destinamos la diferencia a ahorrar. ¿Acabaremos al final con más dinero –incluyendo el valor del piso– o con menos? Y nos pusimos manos a la obra para saber cual de las dos opciones era mejor en una comparativa a setenta años. Por no quedarnos cortos. Habiendo excel, será por años!

Claro, para ello no era suficiente con comparar el pago de la cuota de la hipoteca con el pago del alquiler, sino que hemos hacer supuestos y tener en cuenta otros muchos factores. Principalmente tenemos que determinar los siguientes:

  • Incremento del valor del piso. Nuestro capital final será el valor del piso más el dinero que acumulemos cuando las cuotas del préstamo sean menores al precio del alquiler.
  • Incremento del importe del alquiler. Tenemos que tenerlo en cuenta para saber si al cabo de los años nos sale más caro alquilar o pagar hipoteca.
  • Tipo de interés hipotecario. Qué evolución esperamos que tenga, pues nos determinará lo que acabaremos pagando en cuotas.
  • Tasa de interés del ahorro. Remuneración que obtendremos por la diferencia entre el alquiler y la hipoteca y también por el dinero de la entrada si no compramos.
  • Inflación. Para estimar como evolucionarán gastos inherentes a la compra como el IBI, la comunidad o el mantenimiento del inmueble.

Con esta información seleccionamos un piso de compra, estimamos cual sería su precio de alquiler si quisiéramos vivir en él y con los datos anteriores en mente estimamos el capital que nos quedaría al cabo de los 70 años.

¿Las conclusiones? Que pequeños cambios en los datos anteriores como –por ejemplo– que los tipos de interés suban del 2 al 4% o que la inflación media sea de un 3% en lugar de un 2%, pueden hacer que alquilar acabe siendo más rentable que comprar o que, por el contrario, lo rentable sea comprar.

Eso si, hemos de tener en cuenta que contrariamente a lo que se cree, la compra es en muchos aspectos mucho más arriesgada que el alquiler.

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