Noticia relativa a los movimientos ocurridos en las bolsas y aparecida en el económico cinco días el 25 de agosto y que nos habla de como china desquicia a las bolsas del resto del mundo.

Y lo primero que me pregunto yo es si no se les habrá ido un poco la mano con los adjetivos: ‘escenas de pánico’, ‘hecatombe bursátil’, ‘pánico’, ‘pavor’. Y eso mirando tan solo la entradilla y el primer párrafo.

Y yo no se que cuerpo se os queda a vosotros, pero cuando leo hecatombe, pienso en Hiroshima.

Pero claro, cuando lees que es el mayor descenso desde agosto de 2015 y que ha caído a niveles de enero, pues quizás la cosa no sea tan grave como la pintan.

¿Y entonces a qué se debe esta caída tan pronunciada? Y lo más importante, ¿Se mantendrá en el tiempo o veremos una recuperación?

No parece haber una única causa, porque es cierto que se está viendo una cierta ralentización en la economía china, y eso afecta, claro que afecta. Pero en mi opinión, la amplitud de la caída hay que verla en clave de corrección.

Porque vamos a ver, la caída que hemos visto es fuerte, pero es que la subida previa tampoco había sido normal.
Si os fijáis en el gráfico, el Índice de Shanghai subió un 68% en apenas cuatro meses entre febrero y junio de 2015.NyM21N01F01

Y claro, parece difícil que la situación de las empresas haya mejorado de esta manera en tan poco tiempo por lo que esa tremenda subida se debe a las expectativas de los inversores en futuras subidas de la bolsa. Vamos, lo que viene siendo una burbuja, cuando lo precios suben no por razones económicas sino por la creencia en que seguirán subiendo. Supongo que os suena.

Después, cuando se ve que las subidas no se corresponden con la realidad, es cuando aparece el pánico, la necesidad urgente de salvar los muebles y se producen estas caídas tan pronunciadas.

Pero vamos a tranquilizarnos. Primero, tan solo han perdido dinero –bastante– los inversores que entraron a la altura del mes de junio atraídos por lo que parecían ganancias fáciles.

Segundo, es posible que siga bajando, es posible que no, pero la inversión en renta variable –a menos que nos dediquemos al trading– ha de ser siempre a largo plazo, por lo que antes de ponernos nerviosos, la pregunta que nos tenemos que hacer es si nuestra inversión valdrá más o menos que hoy dentro de 5, 10 ó 15 años y no la semana próxima.

Si la respuesta es que si, pues tranquilos. Incluso podríamos aprovechar la ocasión para entrar en el mercado a precios más baratos.

Yo he llamado en agosto a todos mis clientes con fondos de renta variable para evaluar esa posibilidad. Y más de uno ha aprovechado la ocasión. Un poco. Sin perder la cabeza. Conscientes que podemos ver más bajadas, pero la ha aprovechado.

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