Entrevista aparecida en ‘El Economista’ en a que se habla del futuro de las pensiones. Un tema que ya hemos venido tratando con cierta frecuencia en este boletín y sobre el que seguiremos tratando en el futuro.

El entrevistado, José Ignacio Conde-Ruiz es miembro del comité para la reforma de las pensiones y nos da alguna opinión interesante.

En primer lugar nos dice que “seguiremos cobrando pensiones, aunque serán menos generosas y trabajaremos más”.

Serán menos generosas porque en su opinión –y no puedo estar más de acuerdo– las pensiones no subirán prácticamente nunca por encima del 0,25% establecido por ley. Lo que hace que cuando la inflación se sitúe alrededor del objetivo del BCE tendremos una pérdida de valor adquisitivo de un 1,75% anual. 

No parece mucho, pero si te quedan diez años para jubilarte eso es perder un 16% sobre la  pensión actual. Un 29% si te quedan 20 años y un 41% si te quedan 30 años. 

En otras palabras. A 30 años vista, una pensión de 2.000€ se quedaría en el equivalente a 1.190€ de hoy. No es de extrañar que en otro punto de la entrevista diga que en el futuro “resultará posible trabajar y cobrar la pensión al mismo tiempo”. No parece que quede otro remedio que seguir trabajando hasta bien entrada la vejez para complementar la pensión.

El problema es que en estos momentos hay cuatro personas trabajando por cada jubilado, pero según las previsiones del INE, en unas décadas, serán solo 1,25 trabajadores por cada jubilado. Y ese será el dinero que habrá para repartir. Luego el reparto se podrá hacer de una manera o de otra, pero lo que está claro es que del sueldo de 1,25 personas tiene que salir la pensión de un jubilado.

Lo que nos lleva a enlazar con la otra noticia que comentábamos en la portada.

Porque podríamos sugerir que el estado se endeudara y así poder pagar una pensiones dignas ‘como sea’. Seguro que a algún político se le ocurre.

Pero el problema de las deudas es que tarde o temprano se han de pagar y lo único que haríamos sería ampliar el problema y dejarlo para nuestros hijos.

Pensad que en estos momentos, la deuda del estado –que somos todos nosotros– es de 21.400 € de media casi un año de salario bruto al año. Y eso lo vamos a tener que pagar durante los próximos años.

Ya lo hemos comentado en pasados números de Noticias y Mercados. La deuda debería servir, en todo caso, para financiar inversiones a largo plazo, pero no para el pago de gastos corrientes. Eso sería como pedir una hipoteca cada vez que tenemos que ir a comprar al súper. ¿Qué le dirías a alguien que actuara de esa manera?

Pues financiar las pensiones mediante deuda –a largo plazo se entiende– es igual de aberrante.

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